Destinos Encontrados (Finalizada)

Capítulo 23 Sentimientos Encontrados

CAPITULO 23 SENTIMIENTOS ENCONTRADOS

Durante el camino al aeropuerto no logré calmarme ni un poquito... Era un hecho que en pocas horas iba a ver a mis padres de nuevo, el problema es que mi madre no sabía nada sobre mi improvisada visita. Podría llamarla... pero no, no me atrevía. En este momento mil dudas atravesaban mi cabeza y ninguna de esas preguntas tenía una respuesta satisfactoria para mí. ¿Y si mi madre se oponía a que yo viera a mi padre? ¿Tanto rencor me podría tener después de tanto tiempo para que pudiera llegar a ese punto? Por otro lado... ¿cómo reaccionaría ante mi después de cinco años? ¿Le agradaría verme después de ese tiempo y habiendo sufrido este cambio tan drástico? Suspiré y me hundí aún más en el asiento del coche de Alice con los ojos irritados por el llanto silencioso que me embargaba.

- Tranquila, cariño... en poco tiempo estarás en Forks...ya verás como todo va a ir bien...

No pude responder a Rose; en serio agradecía las palabras de mi amiga, pero no creía en ellas. Sabía que esta visita, que esta vuelta a Forks, iba a ser en parte traumática para mí. Volver a ese pueblo me hacía sentir tan expuesta y vulnerable que hacía que me dieran ganas de llorar.

Cuando llegamos a la terminal las chicas me acompañaron para facturar mi pequeña maleta de viaje y nos sentamos a esperar en uno de los bancos metálicos a que llamaran a los pasajeros de mi vuelo para embarcar.

- Estoy muerta de miedo... no se... no sé lo que me voy a encontrar al llegar allí - susurré mientras me frotaba las manos.

- Mierda - espetó Rose -. Mira, puedo hacer unas llamadas y cancelar algunas citas que tengo... puedo ir a Forks contigo y...

- No, no... Rose, no puedo permitir que alteres tu vida por mis miedos... no. Eso es algo que debo hacer yo sola... Edward... Edward también se ha ofrecido a acompañarme - las chicas se miraron entre ellas.

- ¿Y por qué no has aceptado su ofrecimiento? Él es de Forks, su padre está llevando el caso del tuyo... ¿qué tiene de malo que Edward te acompañase?

- ¡No! - chillé haciendo que varias personas se giraran en mi dirección. Las chicas no sabían la peor parte de la historia...y, sinceramente, este no era el mejor momento para confesarme -. No, yo... simplemente no puedo tenerle cerca...

- ¿Por qué? - insistió Alice -. Mira, se que entre vosotros han pasado muchas cosas y muy pocas de ellas buenas... aún así creo que Edward lo está pasando mal contigo - apreté la mandíbula y miré a Alice -. No me mires así, Bella... Tu no viste a Edward en esa maldita sala de espera del hospital mientras estaban tratándote dentro... estaba desesperado, roto... la cara de ese chico era la cara de un hombre que estaba sufriendo de veras...Y en tu casa... - movió la cabeza -. Te mira como si tú fueras su centro del universo, como si tú fueras la estrella que le da calor... y eso, lamentablemente, tú no lo ves...

- No quiero verlo, Alice... ahora mismo no puedo lidiar con más dolor sobre mi cuerpo porque sé que Edward puede lastimarme... y esta vez se me haría muy duro soportarlo...

- Pasajeros del vuelo 772 con destino a Seattle, pasen a embarcar por la puerta número tres.

Suspiré cuando oí la voz procedente de los altavoces. Me levanté y en silencio abracé a mis dos amigas.

- Te llamaremos cada poco tiempo para saber las últimas noticias - me dijo Rose -. Y tú, cuídate, por favor... no tienes buena cara...

- Tranquila, Rose... os llamaré en cuanto llegue...

Tras un último abrazo, caminé hasta la puerta número tres y le di a la azafata de tierra los billetes.

- Que tenga un buen viaje, señorita Swan.