Capítulo 40 La explicación de Emmett

2.8K 149 3
                                    

CAPÍTULO 40 LA EXPLICACIÓN DE EMMETT

Emmett se sentó en mi sofá y yo me puse frente a él. No iba a mentir. No me hacía gracia tener a esta persona en frente de mi, en mi casa... Pero tenía que reconocer que tenía razón. Edward había cambiado, eso me lo estaba demostrando cada día que pasaba... ¿por qué no podía haber pasado lo mismo con Emmett? Se le veía devastado... destrozado por la separación con Rose. Le veía incluso peor que cuando fue al aeropuerto a buscarnos. Sus ojeras estaban aún más marcadas síntoma de haber dormido mal en varios días... Mierda... y a pesar de todo lo que había pasado era evidente que Rose estaba totalmente enamorada de ese capullo. Sí, volvía a pensar en ello... quizás me podría arrepentir de esto... aunque no quería decir nada. De momento me iba a limitar a escuchar lo que tenía que decir, luego decidiría si ayudaba al capullo o no.

— Bien — se retorció las manos —. Quiero que sepas que recurro a ti porque estoy desesperado, Bella...— me miró intensamente a los ojos —. Rose no me coge el teléfono, ni siquiera sé cómo demonios está... joder, estoy preocupado...

— Tranquilo... ella está bien. Demasiado triste... pero bien — asintió lentamente.

— ¿Hablaste con ella al final?

— Sí, fui a verla. Estaba demasiado enfadada conmigo, pero pude hacerla entrar en razón — suspiré sonoramente —. ¿Qué quieres, Emmett? No alarguemos esto más, demasiado duro se me está haciendo el tener que estar hablando contigo y encima de este tema... me da la sensación de que estoy traicionando a mi amiga.

— No, no, no... ambos queremos el bien de Rose... ambos la queremos. No haría nada para hacerla daño, al menos no de forma consciente... No la estás traicionando, de verdad...

— Suéltalo — Emmett cerró los ojos por un instante.

— Está bien, lo que te quiero pedir es muy sencillo... Convéncela de que tiene que ir esta noche al Forbidden — parpadeé rápidamente.

— ¿Qué? ¿Ese es el favor tan grande que tengo que hacerte?

— Piénsalo, Bella... ella no va a querer ir allí porque no quiere verme... e inevitablemente voy a estar allí...

— Espera, espera... ¿quieres hacerle una encerrona? — negué con la cabeza —. No, ni hablar... ella me odiará por eso...

— No, no me estás entendiendo, Bella... Tengo algo que decirla, joder... ni yo mismo me había imaginado alguna vez en esta situación — murmuró —. No se lo voy a decir cara a cara... más que nada porque quiero conservar todos mis dientes — rodé los ojos —. Sólo quiero que me escuche... sólo eso...

Me lo pensé por unos segundos mientras bebía de mi café. Me entretuve en mirar a Emmett de nuevo; me miraba como si de mí dependiera su futuro más próximo... joder, y así era. Dejé la taza con más fuerza de la necesaria sobre la mesa. Puto Emmett por ponerme en esta situación...

— Está bien, lo intentaré... pero no te prometo nada — Emmett sonrió por primera vez desde que llegamos de Forks —. Ten clara dos cositas, esto no lo hago por ti, lo hago por mi amiga. Dos. Pobre de ti como la hagas sufrir aún más. Si con lo que la vas a decir lo va a pasar mal la que se encargará de tus dientes seré yo... Creo que tú mismo comprobaste que soy capaz de eso...— dije recordando lo que pasó en ese callejón de mala muerte.

— Si hago sufrir a Rose yo mismo iré hasta ti para que me partas la boca, Bella...— dijo sin rastro de broma.

Se levantó del sofá y fue hasta la puerta. Justo cuando estaba a punto de salir se giró y me miró.

— Bella... gracias — abrí los ojos sorprendida —. Podrías haberme mandado a la mierda... y al final me has ayudado, o al menos lo vas a intentar... Eres una tía de puta madre, tu y Edward os merecéis ser felices...

Destinos Encontrados (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora