CAPITULO 30 ENCONTRÁNDONOS DE NUEVO
No podía creer que esas palabras salieran de mi boca, pero era un hecho; le había pedido a Edward que se quedara conmigo. Hoy había sido un día duro, demasiados recuerdos, muchas emociones... muchos descubrimientos. Ver a Edward en la habitación en la que estaba instalada, con la mejilla pulsando roja como un tomate por la bofetada que le había dado su madre después de confesar toda la verdad sobre el vídeo... eso me llenó de ternura. Él estaba aguantando lo insufrible por mí, había sido el blanco de mi ira durante años, culpándole de algo que al final no habría tenido solución...
En estos momentos me miraba cauteloso desde arriba. Estaba tenso, y mucho me temía que era porque no quería dar ningún paso en falso con mi cuerpo pegado al suyo. El agarre de sus manos en mi cintura era tan suave como el aleteo de una mariposa.
— Eh... puedo quedarme... hasta que te duermas, si quieres — me dieron ganas de sonreír. No entendía que mis sentimientos y mis deseos iban por otro lado.
— No... quiero que duermas aquí, conmigo...
Se separó un poco de mí y me miró con el ceño fruncido. Apostaba cualquier cosa a que en este momento estaba pensando que mi subida de azúcar me había afectado mucho más de lo que podría parecer. Quizás tendría que darle una pista de por dónde iban mis tiros. Me acerqué de nuevo a él y... le besé en la comisura de los labios. Ese pequeño gesto hizo que Edward gimiera bajito. Nos miramos a los ojos por unos segundos para volver a unir nuestras bocas, esta vez mezclando labios, lenguas y sabores. Edward me sujetó la cabeza con una delicadeza infinita mientras me besaba, acariciando mis labios con su lengua. Despacio, saboreando el momento. Este beso me estaba gustando más de lo que me habría imaginado; durante nuestro anterior encuentro no me había parado a sentir realmente. Aquella vez buscaba una especie de venganza, acostarme con él simplemente fue un medio para que me dejara en paz, para alejarme de él... Esta vez era todo lo contrario. Necesitaba sentir su cuerpo junto al mío, sus manos en mi piel... y realmente no sabía el por qué de todo lo que estaba sintiendo aquí y ahora.
Enredé mis dedos en su pelo y profundicé el beso aún más. Edward se apartó de mí con suavidad. Me miró y negó con la cabeza.
— No... no puedo...— le miré confundida —. Deberías descansar — se giró para irse, pero le enganché de la manga de la camisa.
— ¿Qué pasa, Edward? — me miró y se pasó la mano por el pelo.
— No... no quiero que mañana te despiertes y te des cuenta de que cometiste un error acostándote conmigo, Bella... no podría soportar ser un error para ti otra vez, no podría con eso...— susurró.
— Eso no va a pasar, Edward — murmuré —. No ahora...
Me quedé esperando a ver su reacción. Me miraba como conteniéndose, sin saber muy bien qué hacer. Al parecer en su interior había una mezcla de sentimientos. Podía adivinar miedo, emoción... y excitación. Edward me miraba con el deseo reflejado en los ojos, aunque se estaba reprimiendo. Suspiró y lentamente avanzó hasta mí y me besó de nuevo. Una mano se aferró a mi cintura y la otra fue hasta mi pelo a quitar el pasador con el que me había hecho un moño. Se separó de mis labios y me miró, antes de sumergir la cara en mi pelo y aspirar fuertemente.
— No puedo... no puedo soportar esto, Bella... debería marcharme, eso sería lo mejor para los dos... Pero no puedo. Simplemente deseo estar contigo, aquí y ahora...— dijo con su cara a menos de dos centímetros de la mía.
Sonreí por sus palabras llenas de ternura. Metí la cabeza en la curvatura de su cuello y aspiré ese aroma tan dulce que desprendía. Era reconfortante, intrigante... Edward me sujetó la cabeza por el pelo para besarme de nuevo, así que mis manos aprovecharon para ir desabrochando la camisa de cuadros que llevaba puesta. Edward sonrió contra mis labios.
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Destinos Encontrados (Finalizada)
RomanceBella, una chica rellenita y con complejos, huye de Forks tras una experiencia traumática, humillada y avergonzada y repudiada por sus padre. Cinco años después no queda rastro de esa Bella, guapa, deseada y adinerada se encuentra con el epicentro d...