Capítulo 3 Soportando tu Presencia

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CAPITULO 3 SOPORTANDO TU PRESENCIA

Llegué a casa a las cinco de la mañana. La noche había sido horrible, aunque nadie se había dado cuenta de lo muchísimo que me había costado hacer de tripas corazón.

Actué como siempre, me desnudé delante de cientos y cientos de personas desconocidas. Sonreí, charlé con la gente, me hice fotos con todo el mundo que me lo pidió...pero por dentro estaba rota, completamente hecha añicos. ¿Por qué? ¿Por qué mis sospechas se tuvieron que hacer realidad? ¿Por qué el destino los ponía de nuevo en mi camino?

Definitivamente todo estaba mal conmigo. No puedo describir con palabras el sentimiento que me azotó el cuerpo cuando vi de nuevo a Emmett y a Edward. Tan cerca de mi... La rabia, el dolor y la venganza embargaron mi cuerpo... pero ahora sólo podía sentir miedo y temor al recordar todo lo que había pasado por culpa de ellos. Por su culpa perdí todo lo que un día tuve y todo lo que jamás volveré a tener...

Me quité el vestido y lo lancé sin ningún cuidado sobre el sofá. Me puse un camisón y me encendí un cigarro mientras me quitaba el maquillaje de manera brusca. Mal. Todo volvía a estar mal.

Y lo peor de todo era que de esta manera confirmaba por completo que el Emmett de Rose era el Emmett al que había visto hacía escasas horas. Era el Emmett que yo conocía. ¿Cómo iba a lidiar con todo aquello? ¿Cómo iba a aguantar tenerlos tan cerca? En el trabajo, al lado de Rose, incluso pronto vendrían a vivir cerca de mí, a escasos metros. ¿Qué haría? ¿Huir? Eso ni hablar, esa idea quedaba fuera de mis posibilidades. No volvería a huir por culpa de ellos. Ahora me había convertido en una mujer fuerte, no tenía nada que ver con la chiquilla tímida que vivió en Forks. Ahora lucharía por mantener mi vida tal y como estaba.

Entré en una gran sala. Estaba llena de gente, adolescentes sentados en mesas y en ellas había bandejas de comida. Los chicos y las chicas llevaban mochilas, carpetas y libros en las manos... estaba en la cafetería del instituto... ¿Qué hacía aquí?

Anduve entre las mesas mientras me miraba la gente. Al ver todas esas bandejas repletas de comida me entró hambre, así que decidí ir hasta la fila para recibir mi comida. Mientras caminaba por el pasillo para sentarme en una de las mesas alejadas la gente me susurraba cosas a mi paso, pero no oía bien lo que me decían.

"Gorda", "gorda", repetían una y otra vez mientras se reían de mí. Sentía cómo cada vez me hacía más y más pequeña... hasta que alguien me hizo la zancadilla. Caí aparatosamente haciendo que la sopa que llevaba empapara mis ropas haciendo que se pegaran a mis rotundas carnes.

"Madre mía, ¡desnuda tiene que ser todo un espectáculo!, susurró alguien. "Se me ha ocurrido una idea", murmuró Emmett, "juguemos con la gorda", dijo mientras me miraba y se reía de mi en mi cara.

Me levanté con la cara empapada en sudor y con la respiración agitada. Malditos sueños... Aunque ese no había sido de los peores. ¿Cuánto tiempo soporté todas esas humillaciones? Sacudí la cabeza para sacar esos pensamientos de mi mente.

Miré el reloj, apenas eran las siete de la mañana. Lo que quería decir que hoy debería de abusar del maquillaje para que mis ojeras por la falta de sueño pasasen desapercibidas.

Fui hasta mi cocina y me preparé un cappuccino con mucha nata, como a mí me gustaba. Me senté en frente del ventanal del salón; desde ahí podía ver la enorme piscina de mi urbanización. Como a unos quinientos metros estaba Miami Beach. Incluso a esas horas de la mañana había gente paseando por la arena, corriendo o simplemente observando el mar. Suspiré sonoramente mientras cerraba los ojos dejándome llevar por el aroma del café...

Como era incapaz de volver a meterme en la cama me levanté y me fui a la habitación para ponerme un bikini para bajar a la playa. Una vez vestida, cogí mi móvil y bajé a dar un paseo.

Destinos Encontrados (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora