Capítulo 45 De las aguas tranquilas...

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CAPÍTULO 45 DE LAS AGUAS TRANQUILAS...

La primera noche con mi madre se puede decir que fue para recordar. Ambas nos acostamos a las tantas de la madrugada, hablando y poniéndonos al día mientras nos terminábamos la cafetera que mi madre había calentado.

Cuando se nos acabaron los suministros de café y galletas nos fuimos a dormir. Fue un poco raro volver a mi habitación; ya había estado aquí la otra vez cuando pasó lo de mi padre... pero esta vez era diferente. Esta vez volvería a ocupar esa habitación por los días que permaneciera aquí. Era increíble que mi madre decidiera no cambiar nada de ese cuarto. Todo, absolutamente todo permanecía justo como yo lo había dejado. Incluso ahí estaba mi viejo ordenador, ese con el que me pegaba para redactar mis trabajos del instituto.

Los primero días apenas dejé el perímetro de mi casa; como mi madre estaba en casa debido a la excedencia que se había cogido en el trabajo, pasamos mucho tiempo juntas en el jardín, aprovechando que aún no hacía mucho frío durante el día. Era una gozada estar tirada por el césped, rodando mientras jugaba con ese pequeño cachorro. Mi madre y yo decidimos arreglar ese jardín trasero ya que con la enfermedad de mi padre todo se había descuidado un poco... y descubrí que me encantaba esto de estar tan relajada mientras me llenaba las manos de tierra. Sin duda esto era lo que necesitaba. Forks no tenía nada que ver con Miami. Aquí no había playa, clubs nocturnos ni mansiones con piscinas... y lo agradecía de veras.

Carlisle y Esme se enteraron por mediación de mi madre que estaba de visita, así que decidieron ir a casa a verme. La actitud de Esme cambió de manera radical conmigo; ahora estaba muy atenta y muy simpática. Realmente no la culpaba por haberme hablado como lo hizo la primera vez que vine. Lo veía incluso normal teniendo en cuenta que me acompañaba su hijo y la reputación que me habían colgado encima. Menos mal que se aclaró todo... o al menos en parte.

- Así que te quedarás unas semanas - dijo Esme mientras se tomaba un café con nosotras.

- Un par de semanas, tres como mucho - Esme sonrió.

- No he hablado con mi hijo... pero debe de estar de los nervios.

- Un poco... pero necesitaba venir una temporada con mi madre, después de todo.

- Claro que sí, hija... además no le vendrá nada mal que le metas un poco de caña... Aún no entiendo cómo te hizo aquello...- susurró.

- No vale la pena volver a eso, Esme...

- Supongo que tienes razón - suspiró -. ¿Qué tal os va en el trabajo?

- Supongo que a Edward bien...- sonreí -. Se está haciendo un experto en cócteles y bebidas... Yo me he tomado un descanso... no estoy muy segura de volver - Esme frunció el ceño.

- ¿Por qué? Creí que estabas bien... Edward me dijo que tu jefe era muy generoso con sus empleados. Además, me dijo que eras la estrella...

- Eh... sí - Esme no tenía ni idea que con estrella Edward se refería a salir al escenario y desnudarme... y tampoco se lo iba a decir...-. Pero me he cansado de eso... Creo que quiero estudiar...

- Eso sería fantástico...

Y dicho y hecho. Un par de días después reuní fuerza de voluntad para lidiar con mi viejo ordenador. Era un mastodonte que tenía más años de los que debería y la conexión a internet iba a paso de tortuga, pero para lo que lo quería me bastaba. Empecé a buscar academias y cursos de administración de empresas por Miami. Estábamos a mediados del verano y los cursos no comenzaban hasta septiembre. Tendría que estar sin trabajar un par de meses... Quizás podría continuar con la parte administrativa del Forbidden mientras comenzaba con mis estudios... Justo cuando terminaba de apuntar todas las academias en un papel mi teléfono sonó. Sonreí cuando vi que era Edward.

Destinos Encontrados (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora