Destinos Encontrados (Finalizada)

Capítulo 43 Las mejores palabras

CAPÍTULO 43 LAS DOS MEJORES PALABRAS

Al parecer todos mis amigos se habían propuesto abrirme los ojos a la vez. Primero Rose, de manera totalmente involuntaria, con la conversación que tuvimos después de la petición de matrimonio de Emmett... y ahora Alec. Mi amigo tenía razón. Estaba dado demasiadas vueltas a mi vida y a mi relación con Edward sin pararme a pensar en sus sentimientos. Había una pequeña posibilidad que Edward se cansara de todo esto, podía cansarse de esperar. ¿Podría alejarme definitivamente de Edward si él decidiera no seguir con lo nuestro? No, rotundamente no. Por primera vez en mucho tiempo sentía que estaba siendo yo misma en una relación... porque era la vuelta al principio. Edward fue mi primer y único amor... aunque el comienzo fuera una auténtica mierda...

En cuando se fue Alec llamé a Sam; le dije que quería hablar urgentemente con él. Era evidente que mis palabras le habían alarmado. El tono de su voz me lo confirmó... pero yo iba a ser fuerte. Lo que había decidido lo iba a llevar a cabo, sí o sí. No iba a ser fácil para mí porque Sam, aparte de jefe, era un muy buen amigo mío. Me había ayudado mucho y me había lanzado a la fama, por así decirlo. Pero ya no podía seguir más tiempo con esto...

También llamé a las chicas. Lo mejor sería que se enteraran todos a la vez, así no tendría que ir contando el mismo discurso en un sin fin de ocasiones. Esto era lo peor de todo, las despedidas y yo no nos llevábamos bien... aunque fuera un viaje de poco tiempo...

A la misma hora de siempre empecé con mi ritual. Me peiné cuidando de cada detalle y me maquillé con esmero ya que quizás esta podría ser la última vez que me arreglara para actuar, al menos en mucho tiempo. Esta vez no esperé a que Edward viniera a mi puerta. Esta vez fui yo la que fui a buscarle. El que me recibió fue Jasper a medio vestir.

- Oh... hola, Bella...- me sonrió y me dejó pasar -. ¿Vienes a buscar a Edward?

- No... viene a verte a ti, no te jode - dijo Emmett desde el sofá.

Se estaba comiendo un bocadillo XXL de vete tú a saber qué mientras veía el canal de deportes. A pesar de que sólo habían pasado unas pocas horas desde que le pidió matrimonio a Rose... y esta le dijo que no... se le veía una gran mejoría. Ya no estaba tan mustio como antes y esas peligrosas ojeras habían desaparecido un poco de debajo de sus ojos. La magia del amor...

- ¿Quieres sentarte? - me preguntó Emmett -. Edward cuando se pone presumido tarda siglos en el baño y...

- Te he oído, gilipollas - dijo Edward mientras salía de su habitación.

Estaba muy guapo... demasiado. Llevaba unos pantalones desgastados demasiado bajos de cadera para mi propio bien. Esa camiseta gris tan ceñida a su cuerpo se sentada de maravilla. Y ese pelo mojado y... Edward tosió devolviéndome a la tierra.

- Hola, Bella - me dijo con esa sonrisa ladeada.

- Hola...- se acercó a mí y me besó suavemente en los labios -. He venido a buscarte para irnos juntos. Lo siento si es un poco pronto, he quedado con Sam... y me gustaría que me acompañaras.

- ¿Problemas en el trabajo, Bella? - preguntó Jasper.

- No... no exactamente problemas... esta noche sabréis más.

Edward y yo bajamos para coger su coche. Una vez puso rumbo hasta el Forbidden Edward habló.

- ¿Qué tan con Alec?

- Bien... le echaba de menos...

- ¿Ha estado muy bocazas? - le miré con el ceño fruncido -. Ya sabes... supongo que te habrá contado mi ataque de histeria camino del aeropuerto y todo eso - rodó los ojos.