Capítulo 47 Sorpresas

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CAPÍTULO 47 SORPRESAS

Me desperté a las siete y media de la mañana con unas ganas irremediables de comer chocolate. Genial. ¿Iba a ser así todo el tiempo? Parecía que mi estómago no se cansaba de recibir comida y si era dulce, mejor... sí, sí, sí... todo lo prohibido era lo que más me apetecía...

Me puse una bata y bajé en silencio hasta la cocina para buscar provisiones... con nulo resultado. Mierda, ¿es que no había ni una triste galleta de chocolate que llevarme a la boca? Cabía la posibilidad de que mi madre las hubieres guardado y escondido bajo llave. Era una opción a tener en cuenta.

Me senté en la mesa de la cocina un poco enfadada. Recordé la llamada de Edward... bueno, recordé la última ya que no hacía más que llamarme. ¿Hasta cuándo iba a poder estar ocultando lo que me pasaba? Sabía que me estaba comportando como una cobarde de mierda, pero no lo podía evitar. Estaba aterrorizada por lo que me estaba pasando. Esto había sido totalmente inesperado, una posibilidad entre un millón... y se había obrado el milagro. Sabía que Edward estaría apoyándome, me lo dijo cuando me desmayé en el hospital y me hicieron los análisis la primera vez. Pero eso no opacaba mis miedos. Me habían asegurado de que todo estaba bien de momento... quitando que mis niveles de azúcar habían subido... Automáticamente me convertí en diabética... pero no pasaba nada, todo estaba controlado. Menos mis nervios. Y esos nervios sólo se me calmaban si me comía algo dulce. Eso era una putada.

- ¿Qué haces aquí, hija? - me giré para ver a mi madre también en bata -. Deberías de estar en la cama... ya empieza a refrescar - dijo mientras se servía una taza de café.

- Necesito chocolate - murmuré haciendo reír a mi madre -. No te rías, apuesto a que me lo has escondido.

- Oh, no... te lo terminaste todo - mi madre se puso seria -. No deberías comer tantos dulces, Bella...

- Ya dejé definitivamente el tabaco, no me quites también los bollos. Joder, mamá...- pataleé como si fuera una niña pequeña. Mi madre negó con la cabeza.

- ¿Por qué no pruebas esos dulces bajos en azúcar? - puse cara de asco.

- Eso es como una hamburguesa sin carne... aunque puedo intentarlo...- me apoyé en la mesa.

- ¿Estás bien? Te veo un poco cabizbaja...

- Sí, supongo que estoy bien... bueno, no. No estoy bien - mi madre alzó una ceja -. Sí, lo se... estoy un poco cambiante...- suspiré -. Es por Edward - mi madre chascó la lengua -. Me siento mal por no haberle dicho nada...- mi madre volvió a chascar la lengua.

- Quizás deberías de avisarle - murmuró.

- Me da miedo...

- Él te quiere, va a estar contigo y...

- Sí... eso lo sé... me da miedo que... que vuelva a pasar...- susurré.

- No vayas por ahí, Bella... lo único que tienes que hacer es cuidarte y estar tranquila. Todo está controlado, los médicos no van a dejar que te pase nada malo...- suspiró -. También sigo pensando que deberías de decírselo a Carlisle... él es uno de los mejores médicos, te podrá recomendar un buen ginecólogo...- negué.

- Aún no... si se enteran los Cullen se enterará Edward... sólo quiero que pasen los meses críticos. Entonces me tranquilizaré - me levanté de la silla -. Voy a por ese maldito chocolate - mi madre abrió mucho los ojos.

- Pero apenas si son las ocho de la mañana... está todo cerrado.

- Lo encontraré como sea... no pienso venir sin mi chocolate...

Escuché de fondo la risa de mi madre mientras subía las escaleras. Estaba siendo un grandísimo apoyo para mí en estos momentos tan raros. Me daba los mejores consejos y me animaba cuando mi mente recordaba momentos de mi pasado... Y me ayudaba a sobrellevar la separación que mantenía con Edward...

Destinos Encontrados (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora