Capítulo 31 Conversación con Esme

3.5K 180 4
                                    

CAPITULO 31 CONVERSACIÓN CON ESME

Me desperté cuando Bella se bajó de mi cuerpo aún estando dormida. El reloj marcaba las cinco y cuarenta y cinco de la mañana... y no había sido capaz de dormirme de nuevo. Me pasé los segundos, los minutos y las horas observando ese perfil perfecto de su cara, la forma en la que ponía las manos bajo la cara para dormir, ese perfecto canalillo que se le formaba en los pechos por la postura... y esa sábana que se subía cada vez más con cada pequeño movimiento dejándome ver esas delicadas piernas... las mismas que anoche estuvieron alrededor de mis caderas.

Esta noche había sido increíble. Después de nuestro desapasionado encuentro en el Forbidden jamás imaginé que volvería a estar con Bella de esta forma. De hecho, cuando anoche insinuó lo que quería que hiciéramos por un momento pensé que mi padre se había pasado con los antibióticos y con la medicación de Bella.

Sí... llevaba dos días que era emoción tras emoción. Había sido un shock cuando mi padre había dicho lo de la enfermedad de Bella y las consecuencias nefastas que tuvo sobre el embarazo. Ya no podíamos hacer nada por el pasado, pero enterarnos de esta noticia nos serviría para evitar seguir con esa culpa sobre nuestra espalda. Ahora si era el momento de aparcar el pasado. Evidentemente jamás podríamos olvidarlo, mucho menos Bella... pero ahora sí podríamos centrarnos en vivir el día a día y pensar un poco en nuestro futuro. Cualquiera que fuese...

Bella se removió inquieta e hizo un par de pucheros adorables. Esperaba con fervor no haberla hecho daño anoche en los puntos; la inactividad sexual a la que me había sometido me había pasado factura en mi cuerpo haciendo que me sintiera como un mono en celo... Frunció el ceño y abrió finalmente los ojos. Cuando me vio me sonrió.

— Buenos días — se desperezó... y volvió a poner cara de dolor.

— ¿Qué pasa? — dije mientras me incorporaba para apartarle el pelo de la cara.

— Me duele un poco — se tocó el costado tapado parcialmente por la sábana blanca.

— Mierda... ¿te hice daño anoche? — Bella negó rápidamente.

— No... Debería de haberme tomado un calmante y no lo he hecho...— se incorporó para apoyarse sobre los cojines de la cama.

Me levanté y fui hasta la mesilla donde Bella tenía un par de cajas de medicinas y el aparatito para medirse el azúcar. Cogí una pastilla de cada caja y la botella de agua que descansaba junto a la medicación. Cuando me giré para darle sus cosas Bella me estaba mirando el cuerpo de arriba abajo mientras se mordía el labio inferior. No pude evitar sonreír.

— Podrías haberte tapado un poco, ¿sabes? — me tumbé de nuevo a su lado mientras se tomaba las pastillas.

— La que deberías de taparte eres tu — dije mirando sus piernas —. Eres demasiado sensual para tu propio bien — negó con la cabeza mientras sonreía.

Bella dejó la botella de agua en la mesita de noche y se acercó a mí. Me besó con suavidad los labios mientras pasaba sus manos por mi pelo. Me encantaban sus besos. La sábana se terminó de deslizar por su cuerpo mientras se subía a mis caderas. Mi miembro se terminó de excitar cuando su intimidad se restregó contra la mía.

— A esto le llamo yo empezar bien el día — murmuró contra mis labios.

La sonrisa que tenía impresa en mis labios salió de manera involuntaria. Pues sí... amanecer con Bella a mi lado totalmente desnuda y minutos después tenerla sobre mi cuerpo... Sí, pagaría por amanecer todos los días de mi vida de esta manera. Sin duda estos dos últimos días estaban siendo los mejores de los últimos meses a pesar de todo lo ocurrido. Había decepcionado a mis padres cuando se enteraron de todo... pero ese detalle no le cambiaba por nada del mundo porque había desencadenado en mi acercamiento con Bella. Pasaría por todo lo malo de nuevo si mi meta era estar junto a ella...

Destinos Encontrados (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora