Capítulo 33 Pendiente de un Hilo

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CAPITULO 33 PENDIENTE DE UN HILO

Bella estaba desconsolada. Renée al menos sabía lo que había, sabía que la situación de su marido no era muy favorable. Peor a Bella le había venido totalmente de imprevisto. La vida era muy dura a veces. Después de tanto tiempo consigue ver y oír a su padre... y por desgracia podría ser la última vez...

Dejé que la cabeza de Bella descansara sobre mi hombro. Llevaba todo el día en el hospital a pesar de que no podía pasar a ver a su padre de nuevo. Apenas había comido un sándwich y en su cara se reflejaba el cansancio. Mi padre me miró y señaló con la cabeza a Bella.

— Hija... deberías de ir a casa a descansar... aquí no se puede hacer mucho más por hoy — Bella negó con la cabeza.

— No puedo irme, doctor Cullen...

— Hija, por Dios... llámame Carlisle — Bella suspiró —. Aquí no haces nada más que agotarte física y mentalmente... Puedes tener una subida de azúcar debido al estrés. Debes tomarte tu medicación y debes descansar — Bella miró a su madre y dudó.

— ¿Vas... vas a quedarte? — le preguntó finalmente.

— No... ya no podemos pasar, no tiene sentido — Renée se limpió los ojos con un pañuelo y cogió su bolso —. Me iré a casa a descansar...

— Renée... puedes venir a casa a cenar con nosotros...— le propuso mi padre, Renée negó con la cabeza.

— No, gracias...— sonrió a su hija —. No tengo ánimos, Carlisle... creo que cuando llegue a casa me tomaré un analgésico y me iré a la cama — se acercó a Bella y dudó delante de ella. Aunque finalmente la dio un beso en la frente —. Haz caso a Carlisle, hija. Deja que Edward te lleve a su casa a descansar...— Bella asintió. Se quedó mirando a su madre hasta que su presencia se perdió por el pasillo del hospital. Luego me miró a mí.

— La verdad es que estoy un poco cansada...— me levanté y la tendí la mano para ayudarla a levantarse.

— Papá, ¿vienes con nosotros?

— No, hijo... salgo en un par de horas. Iros marchando vosotros y cenad, en un rato estaré en casa.

Nos despedimos de mi padre y salimos a la calle. Casi era de noche. En ese momento me di cuenta de que apenas había disfrutado de Forks de día. Cuando queríamos salir de hospital siempre era de noche... Ayudé a Bella a meterse en el coche y arranqué. Bella se limpió las lágrimas de la cara y miró su móvil.

— Oh, mierda — murmuró.

— ¿Qué pasa? — desvié los ojos un minuto de la carretera para mirarla.

— Tengo un montón de mensajes de Alice y Rose... luego debería de llamarlas, deben de estar preocupadas...

— Sólo tú puedes pensar en los demás estando en tu situación — Bella sonrió a duras penas.

— Lamentablemente no puedo hacer nada para mejorar la situación de mi padre... Entiendo al tuyo, ¿sabes? Debe de ser duro estar atendiendo a un paciente al que conoces de toda la vida y no poder hacer... nada por él — el tono de voz de Bella era de absoluta pena.

— Quizás tu padre mejore, Bella...— negó efusivamente con la cabeza.

— Tu no le has visto como está, Edward. Se ahoga con el simple hecho de hablar...

Preferí no seguir con esa conversación que sólo nos llevaría por terrenos tristes. Y no quería eso. No quería ver a Bella de esta manera, no quería verla sufrir, pero lamentablemente no podía hacer nada para ayudarla con este tema. Ayudar a que Charlie Swan recobrara la salud era algo que quedaba completamente fuera de nuestro alcance.

Destinos Encontrados (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora