Capítulo 7 Amigos, piscina y... celos

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CAPITULO 7 AMIGOS, PISCINA Y... CELOS

El encontronazo que tuve con Edward en el descansillo de mi casa me dejó furiosa y dolida a partes iguales. ¿Por qué todo el mundo le restaba importancia a aquello que me hicieron? Para ellos no había sido más que una broma; para mí fue como caer en un pozo oscuro. El encuentro había sido más que tenso, extremadamente tenso. Hasta ahora siempre que habíamos coincidido había habido gente a nuestro alrededor. En cambio esa mañana estábamos los dos solos. Aún podía oír en mi cabeza sus palabras: para mí todo está olvidado. Era fácil para él. Él no tuvo que pasar por el sufrimiento que yo pasé, el miedo, la soledad...la tristeza. A él no le dolía físicamente el corazón al recordarlo. A mi sí.

La semana pasó sin más hechos destacables si obviamos los intentos de asesinato con la mirada por parte de Tanya. La muy puta parecía que me iba a empujar por las escaleras por joderle el polvo con Edward. Sí, vale... por mi perfecto, se le podía follar cuando quisiera y cómo quisiera... pero no en horas de trabajo ni delante de mí.

El que en serio me sorprendía era Jasper. Aún no se como un chico tan agradable y amable era amigo íntimo de esos dos impresentables. Siempre me hablaba con amabilidad y con una sonrisa en los labios. Realmente me caía bien.

Por otro lado estaba Rose... o más bien no estaba. Sólo hacía un par de semanas que empezó con Emmett, pero al parecer iban en serio ya que no la había vuelto a ver. Apenas me había mandado un par de mensajes para decirme lo feliz y contenta que estaba por estar con Emmett. Puaj. De todos modos no tardó mucho más tiempo en tocarme los huevos por la mañana, como solía hacer... y para lo que me había llamado más le hubiera valido quedarse calladita.

— Oh, vamos Bella... es miércoles. Esta noche no trabajas. ¡Joder! ¡Ven a mi casa a la puta barbacoa! Vamos a estar todos...

— ¿Qué todos? — espeté.

— Los amigos de Emmett y nosotras — y a mi quién me manda preguntar... —. Vamos, anda... además... puede que haya una sorpresa para ti... — me la podía imaginar haciendo pucheros.

— Ugh, está bien... iré, de acuerdo. Pero puedes olvidarte de la sorpresa, ya sabes que no me gustan.

— Esta te gustará, te lo aseguro. A las seis en mi casa y trae ese bikini nuevo que te compraste porque vas a mojarte el culo, nena.

Y juro solemnemente por todo lo sagrado que si no decía nada era por el bien de mi amiga. Aparentemente era feliz al lado del capullo de Emmett, sí que mantendría mi boca bien cerrada. Todo el mundo tiene una segunda oportunidad, aunque sea un cabronazo, ¿no? Aunque pobre de él si la cagaba con Rose... no tendría playa que correr.

Me puse el bikini negro que Rose me aconsejó con una falda vaquera y unas zapatillas de cuña. Me recogí el pelo en un moño desenfadado y me puse mis gafas de sol de marca. Intenté relajarme en mi maravilloso descapotable poniendo un poco de buena música...pero todo el relax se fue a la mierda cuando vi a aquellos tres en la puerta de la casa de mi amiga.

Emmett llevaba una toalla encima del hombro, mientras que Jasper cargaba una gran nevera. Probablemente con provisiones, es decir, alcohol y cervezas. Edward se quedó embobado mirando muy probablemente el coche. Y aunque se me partiera el alma al reconocerlo, era evidente lo guapo que estaba Edward. Siempre lo fue, desde niño ya apuntaba maneras y en la secundaría parecía haber alcanzado el límite de su belleza...pero no, ahora estaba en su mejor momento y yo era testigo de ello. Llevaba un bañador azul oscuro y una camiseta blanca ceñida a su torso. Su pelo cobrizo estaba como siempre, despeinado y sus ojos verdes miraban con expectación. Era inevitable, aún me ponía nerviosa en su presencia y no sabía exactamente cuál era el motivo y la razón.

Destinos Encontrados (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora