Capítulo 38 Soy perfecto para ti

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CAPÍTULO 38 SOY PERFECTO PARA TI

- Bella... Bella - jadeé.

Esta mujer se estaba moviendo de manera deliciosa sobre mi cuerpo. Mis manos no hacían más que viajar por su suave piel, explorando aquí y allá mientras mi mente viajaba muy, muy lejos... casi al cielo. Sentí que los músculos internos de Bella me aprisionaban con fiereza mientras gemía con desesperación. Sólo me bastaron dos segundos más para conseguir mi liberación. Pegué mi frente a la de ella mientras me tumbaba, llevándome el cuerpo de Bella con mi miembro aún en su interior.

Acaricié su espalda húmeda mientras sonreía como un idiota enamorado; al parecer el encuentro con Rose había salido bastante bien ya que había llegado muy animada... Tanto como para demostrarme que estaba en muy buena forma física, como me había prometido.

- ¿Te has convencido ya de que estoy perfectamente? - susurró contra mi pecho.

- De eso no me cabe duda... estás perfecta - susurré -, pero deberías descansar un poco más - dije trazando líneas imaginarias en su piel. Se separó de mi dejándome ver su torso y sus pechos... esos que había lamido y besado apenas unos minutos atrás.

- Mira - me señaló su costado -. Casi no se me nota.

Toqué su cicatriz con cuidado. Era cierto. Esa horrible herida se había quedado en apenas una línea rosada... desvié la mirada desde su torso hasta el lugar por el que estábamos unidos. Bella se movió ligeramente cuando vio hacia a donde miraba.

- Bella - gruñí.

- Edward... estoy bien, de verdad...- me besó rápidamente en los labios -. Muy bien - movió sus caderas en círculos mientras sus manos recorrían mi piel; me estaba poniendo duro de nuevo.

- Bella - susurré sin fuerzas. Estaba a merced de ella.

- Iré al Forbidden... actuaré...- jadeó cuando embestí hacia arriba contra su cuerpo -. Y luego me marcharé a casa... lo prometo...

La agarré de las caderas para dirigir sus movimientos a mi antojo. Sabía lo que estaba haciendo, me estaba distrayendo para que no insistiera más para que se quedase en casa... y lo peor de todo es que lo estaba consiguiendo.

- No... te quitaré ojo en toda la noche - gemí bajito cuando me mordió en el cuello -. Por Dios, Bella...

- Me parece perfecto que no me quites ojo...

Con la poca fuerza que me quedaba en el cuerpo nos giré para quedar yo encima de ella. Sus ojos marrones estaban oscurecidos por el deseo... por mi, y sus labios estaban entreabiertos emitiendo esos gemidos tan calientes.

- Prométeme - jadeé mientras rotaba mis caderas -, que dejarás que te traiga a casa...- Bella se mordió el labio inferior sin contestar. Empujé un poco más fuerte contra ella -. ¿Bella?

- Sí, ¡sí! Dejaré... que me lleves donde quieras...

Sonreí como un imbécil antes de moverme con más rapidez ya que no podía dar mucho más de sí. Bella enroscó sus piernas en mis caderas haciendo que mis embestidas fueran mucho más profundas. Por segunda vez en esta tarde, Bella gimió fuerte y alto cuando llegó a su orgasmo. Cuando terminé de correrme apoyé la frente sobre su pecho, como ella misma había hecho minutos atrás conmigo. Bella me pasó las manos por el pelo mientras intentaba respirar con normalidad.

- Eres una pequeña bruja - murmuré.

- ¿Por?

- Me has hecho cambiar de opinión de la peor manera - Bella rió bajito -. Eso no se hace... es jugar sucio.

Destinos Encontrados (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora