7. Toma mi mano y no me sueltes.

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Ellos estaban pasando un mal momento desde que Beelzebub se fuera de la habitación de Gabriel sin siquiera terminar el desayuno, cada uno a su manera estaba sufriendo debido a las palabras que se dijeron y a las que no, Beelzebub sentía que todo su trabajo se había ido a la basura, no tenía una sola duda de que Gabriel acabaría odiándolo cuando supiera que por culpa de su amor ahora debía esconderse y dejar atrás todo lo bueno que una vez tuvo y lo grande que fue; Gabriel se sentía atrapado, como si Beelzebub lo hubiera metido en una burbuja en donde todo lo que había era solo lo que Beelzebub decidía, y él solo tenía que estirar su mano lo suficiente para hacerla explotar, pero no podía, no importaba cuánto se esforzara, la verdad sobre él estaba tan cerca, pero era imposible tenerla.

Gabriel se había ido de casa, no podía ir muy lejos, porque él todavía no entendía cómo funcionaba su poder y eso significaba que no podía alejarse de Alfa Centaura, en todo caso, ese no era su objetivo. Tan solo se alejó lo suficiente como para no estar muy cerca de Beelzebub ni de nada que tuviera que ver con él, solo quería estar solo, tirarse sobre el suelo y mirar el cielo oscureciendo cuando la noche cayera, podía quedarse allí tirado toda la noche, pensando en las cosas que habían sucedido con él y luego dormir un rato cuando hubiera tenido suficiente y se sintiera agotado.

Beelzebub no hizo nada cuando no pudo sentirlo cerca, de alguna forma sabía que Gabriel acabaría escapando de esa forma, después de todo, el mayor esfuerzo siempre lo puso él, él llamó a Gabriel para reunirse después del Armagedón, él aceptó una cita en el cementerio a admirar la estatua de él, él cayó enamorado mucho antes que Gabriel, todavía puede recordar la forma en que le habló en sus primeras reuniones, "¿de qué tenemos que hablar?" y su gesto arrogante, casi odioso, mientras él hacía todo lo posible por agradarle. Así que solo se quedó en casa y esperó.

Pero, las horas comenzaron a transcurrir, y después de que la mañana trajera la tarde, el cielo de Alfa Centauri se empezó a oscurecer, Beelzebub miró la noche ponerse negra y las estrellas brillaron sin fuerza esa vez, y Gabriel no regresó. Gabriel decidió dormir bajo las estrellas, solo, y Beelzebub miró el cielo aclararse una vez más con la noticia de que no había arcángel a quien preparar el desayuno ese día. Lloró un poco debido a eso, no se podía evitar, su corazón estaba roto con las horribles consecuencias que su propia mente había creado, él también era alguien, también era importante con el mejor puesto en el infierno, y ahora no podía regresar allí sin que quisieran castigarlo, degradarlo o matarlo por haberse enamorado de un arcángel, no cualquiera, Satán iba a estar realmente furioso cuando supiera que le había permitido al príncipe celestial romperle el corazón, él estaría en tantos problemas como los que tendría Gabriel, si es que decidían regresar. ¿Qué iba a hacer si Gabriel decidía que quería volver?, no puede atarlo a Alfa Centauri en contra de su voluntad, entonces, ¿debe quedarse de brazos cruzados y dejar que él sea destruido?

Se secó los ojos, se sacudió el uniforme de príncipe infernal, y fue a buscarlo.

—Angelito —saludó, su voz se quebró un poco más cuando lo encontró tirado sobre el suelo, tan solo mirando al cielo. Tal vez había una razón especifica por la cual él disfrutaba tanto del cielo, tal vez lo extrañaba.

—Señor Bee —dijo, tan agotado, que Beelzebub no pudo evitar sentarse a su lado y luego tomar su rostro bonito entre sus manos. —¿Es tan difícil decir la verdad? —y Beelzebub no había podido hablar, tan solo un asentimiento. —Por favor, señor Bee.

—Vas a odiarme —dijo, y rio cuando él dijo que los ángeles no podían odiar —que no deban hacer algo, no significa que no puedan hacerlo.

Gabriel se sentó a su lado, y volvió a pedirle la verdad, Beelzebub respiró muy profundo antes de iniciar.

—Tú eras el comandante en jefe del cielo, y yo hacía ese trabajo en el infierno, la primera vez que nos vimos desde la caída fue cuando Aziraphale y Crowley arruinaron el Armagedón, y tuvimos que ir a la tierra para intentar arreglar ese problema.

Ineffable Bureaucracy / FlufftoberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora