Ineffable Bureaucracy / Flufftober

19. La risa más dulce.

El invierno ya no se siente más frío, de hecho, el invierno comenzó a sentirse cálido, es lo que hace dormir con el ser que ama. La mañana llega, dibujando una sonrisa en ambos, porque la sensación de los brazos que se enredan en sus cuerpos es encantadora, Beelzebub se siente tan dulcemente atrapado entre los brazos fuertes de su arcángel, que no podría ni soñar con un lugar y un momento mejor, y Gabriel está sintiendo una calidez hermosa que se siente como si quemara en su pecho y que le hace sentirse grande cuando mira a Beelzebub descansar contra él.

—Buenos días —Beelzebub saluda, es apenas comprensible lo que dice, porque no quiere separarse ni un poco de su arcángel, y Gabriel que le ha entendido perfectamente, solo sonríe ante eso y no deja de abrazarlo.

—Hola, señor Bee —le saluda, Beelzebub no puede evitar sentirse decepcionado, y un suspiro triste se le escapa. —¿Qué tal tu noche?

—¿Señor Bee? —pregunta, no le importa ignorar la pregunta de él, después de todo debía ser obvio lo bien que la ha pasado —anoche pensé que me llamarías solo Bee.

—No sé si debo —dice, tan simple que Beelzebub se ha quedado sin defensa. —¿Qué tal tu noche?

—Estuvo bien —responde, pero está pensando en otros asuntos más importantes —¿por qué no deberías?

—¿Llamarte solo Bee? —cuestiona, y Beelzebub asiente. —Es muy invasivo.

Beelzebub se separa de él un poco, no puede creer lo que escucha, eso es una tontería, su arcángel que se ha sentado en sus piernas, le ha pedido dormir juntos, y que le ha hecho cumplirle cien o más caprichos, de pronto cree que es invasivo.

—¿De qué hablas, Gabriel?, no es nada invasivo, puedes llamarme como tú prefieras.

—¿Ya no tienes frío? —pregunta, quiere saltarse el tema, porque las palabras de Beelzebub lo pusieron un poco nervioso.

—No, angelito, pero volverá si te alejas —responde confiado, Gabriel lo mira como si eso no tuviera sentido —estoy seguro.

Entonces Gabriel lo abraza hasta hacer que choque contra su corporación una vez más, no tiene intenciones ni deseos de irse, todo lo que quiere lo tiene allí en esa cama.

—¿Qué haremos con el invierno? —cuestiona, genuinamente está preocupado por el bienestar de Beelzebub —podemos pasar todo el invierno aquí, si quieres.

—¿Harías eso por mí?, ¿vendrías a pasar estas noches conmigo?

—No —Gabriel dice, y Beelzebub decide que lo dejará acabar antes de sentir cualquier cosa —no solo la noche, todo el invierno. Podemos hibernar como esos animales que creaste.

—¿Cómo osos?, Gabe, los ángeles y los demonios no hibernan.

—Tampoco viven juntos y no veo que eso te importe —responde con un tono tan insoportable como lindo, que ha hecho a Beelzebub comenzar a reír.

Las cosas ya no importan demasiado cuando lo escucha reír, él debía ser un demonio único, porque no puede pensar en que todos ellos puedan reír así de bonito. Los otros demonios no podían, ni siquiera los ángeles podían, estaba seguro de eso, ninguno de ellos podía hacer que su corazón saltara enloquecido cuando sus ojos miraban la sonrisa bonita de él, ellos no podían hacer que sintiera tanta felicidad que quería llorar, con solo tomarle las manos, ninguno como Beelzebub podía hacerlo sentir en paz durante una noche de tormenta, nadie más que él era capaz de esconderlo en una estrella lejos de todo y aún así lograr que se sienta libre.

Entonces, simplemente vuelve a abrazarlo y acaricia el cabello rebelde de él, esa idea de dormir juntos y abrazados durante los cuatro meses de cada invierno, sonaba sumamente encantadora en su mente, y está seguro de que a Beelzebub también le gusta. Y es que, cómo podría el lord de las moscas no sentirse tan dulcemente atraído a la sensación cálida y maravillosa que le regalaban los brazos de su arcángel cuando tomaban su cuerpo y lo obligaba a unirse a él todo lo que para sus corporaciones fuese posible.

—Entonces, ¿dormir todo el invierno? —Beelzebub pregunta, está dudando —¿estás seguro?, te perderás la nieve.

—No quiero disfrutar el invierno si tú no puedes hacerlo conmigo —él dice —puedo crear nieve luego, no es un problema.

Y Beelzebub no puede decir nada ante eso, su corporación no quiere servirle por esta vez, y en esta ocasión, son sus ojos los que están brillando de una forma tan hermosa, que es imposible siquiera imaginarlo. No necesita decir nada, todo lo que hace falta es que abrace fuerte a su ángel y cierre los ojos, él sabrá entender perfectamente, y ambos dormirán durante el invierno.