18. Sábado en mi cama.

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La noche parecía llegar pronto durante el invierno, el viento soplaba los copos de la nieve que cubría el suelo con un manto blanco, el frío se colaba por las ventanas, y las ganas de hacer cualquier cosa se iban por completo. Beelzebub se frota las manos frías y suspira por sus pies que se sienten como si hubieran sido congelados, al menos tenía el chocolate caliente que Gabriel le había preparado, pero comenzaba a arrepentirse de incluir el invierno cuando creó las estaciones, debió saberlo, él es un ser infernal, el frío no iba a sentarle nada bien, el otoño, la primavera y el verano no hacían daño a nadie, ¿por qué tuvo que crear esa estación horrorosa?, debía pasar cuatro meses congelándose y tenía la culpa. No tenía caso seguir lamentándose, terminó de beber su chocolate y llevó la taza hasta la cocina con un milagro que incluso la limpió, le dio las buenas noches a Gabriel y se fue a su habitación, al menos allí podría cubrir su corporación con tantas cobijas como quisiera, usaría un pijama y se pondría medias calientes.

Gabriel no siente las mismas molestias, tal vez el cielo le había enseñado a soportar el frío no solo en su corazón, él está muy tranquilo en su sofá mientras mira una película animada, pero puede comprender el malestar del señor Bee, él era un habitante del infierno, y según entiende ese lugar está en llamas, claramente iba a estar afectado por el frío.

No puede más con la duda, quiere seguir mirando la tv, pero no puede dejar de preguntarse cómo estará el señor Bee, si acaso el frío ya disminuyó o se ha puesto peor; así que apaga la televisión y va hasta la habitación de él, sabe que debería tocar y esperar respuesta para poder abrir, pero lo hace al revés, abre la puerta y cuando lo mira completamente envuelto entre las cobijas, toca la puerta para llamar su atención.

—Señor Bee, ¿cómo te sientes?

—Este frío es terrible, Gabe —se queja, Gabriel apenas puede ver sus ojos, por tanto que se ha cubierto.

—¿Incluso con todas esas cobijas?

—No están ayudando mucho.

Gabriel lo medita un momento, Beelzebub mientras tanto mirándolo y preguntándose en qué cosa estará ocupando sus pensamientos, y cuando se decide, camina hasta la cama, quita las cobijas de la corporación de Beelzebub y se mete allí con él; por supuesto, Beelzebub se sorprende, todas las veces que durmieron juntos fue solo porque su arcángel no quería dormir solo y él había terminado en la cama de Gabriel, pero era la primera vez que Gabriel se metía en su cama. Él cubre ambas corporaciones y atrae a Beelzebub a su cuerpo, le gusta la forma en que la corporación pequeña de él se ajusta tan bien a la suya, logra abrazarlo tan fácilmente, y sonríe cuando Beelzebub simplemente se deja hacer, apoyando su corporación sobre él y dejando su cara contra su pecho.

—¿Esto se siente mejor, Bee? —Beelzebub podía jurar que eso fue un coqueteo, pero finalmente no dice nada, tan solo asiente contra el pecho de él. —Podemos hacer esto todas las noches del invierno, si quieres.

—Sí quiero —le gustaría hacerlo durante todas las noches, sin importar la estación, pero el invierno era un buen comienzo.

Gabriel lo abraza todo lo cerca que puede, y Beelzebub se relaja con la mano de él que le acaricia la espalda, tal vez crear el invierno no fue tan mala idea. Y después, solo tiene que relajarse entre los brazos de ese arcángel y dormirse.  

Ineffable Bureaucracy / FlufftoberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora