Epílogo

181 31 2
                                    

"Cuanto más te aferras a lo que no funciona, más te duele

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Cuanto más te aferras a lo que no funciona, más te duele. No vale la pena aferrarse a algo que te hace daño solo porque te hace sonreír de vez en cuando. "

Desconocido.

2 años después

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

2 años después...

Nunca tuvimos oportunidad, incluso en los momentos en donde pensé que podríamos sobrevivir a tantas decepciones, hubo algo que me demostró que no era así. La única diferencia es que ese algo siempre venía de Meza. Y la última vez, vino del destino.

Tal vez agotamos nuestras oportunidades, tal vez si él no hubiera estado conduciendo tan rápido, tal vez si no le hubiera dado la noticia, tal vez si hubiera actuado como un buen hombre desde el comienzo, tal vez... tal vez...

Supongo que perecemos como todo aquello que es intenso, se quema con fervor para luego apagarse. Como aquellas historias de romance que incluían un amor que desde el principio, no se debía dar. Esas en donde no paramos hasta que nos rompa, nos deshaga. Donde las probabilidades siempre estaban en contra.

Sé que está en algún lado, lo siento en la brisa marina, en los atardeceres, lo siento pero ya solo es un recuerdo, algo que pasó, un tipo de memoria dolorosa y feliz, contrariada. Pues sin importar como se fue, el tiempo que estuvo también hizo daño, mucho. También desgarró, ardió. Y he llegado a perdonarle, por mi, por quien soy gracias a lo que hizo. Por todas las cosas que me enseñó su mal comportamiento. Y por los intervalos de nuestra vida juntos en donde llegue a sentir amor, así fuera retorcido.

Mientras ella, el resultado de lo que fuimos, nuestra hija, lo único puro entre tanto dolor. Juega en la arena de forma despreocupada, sonríe. Con el fondo del sol naranja, reflejado en el agua, solo puedo agradecerle mentalmente. Porque sabía que tendríamos un final, pero no sabía cuál. Porque quería poder recordarle sin tanta amargura, y ahora lo hacía cada vez que veía los ojos de nuestra niña. Esos que eran idénticos a los de él.

Puede que al final del día no fuera Meza, quien era completamente Ruín, sino la vida. La vida que le orilló a la codicia, que le dió una familia tan deficiente en amor, esa que le brindó traumas y relaciones contrariadas, la que le hizo equivocarse una y otra vez. Esa vida que le dió todo solo para quitárselo con la misma facilidad.

Aquella que le empujó a un destino trágico, a su último aliento. A no saber lo que tenía hasta perderlo, perderse.

Suspiro, cerrando el libro que le he escrito, ese que lee Meza en letras blancas con la portada oscura que contrasta, aquel que decidí publicar con la editorial. Lo cierro en el epílogo que siempre releo en el aniversario de su muerte, justo en las palabras que más duelen, las que significan que has llegado al...final.

"Ojalá nunca hayas leído nada de lo que te he escrito, porque me destrozaría saber que, a pesar de eso, no me has buscado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Ojalá nunca hayas leído nada de lo que te he escrito, porque me destrozaría saber que, a pesar de eso, no me has buscado."

Mario Benedetti

Mario Benedetti

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
R U Í N ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora