Capítulo I: Nuevos vecinos

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Eran casi las seis de la tarde; luchaba por mantener los párpados abiertos. Sí, el día anterior me había trasnochado estudiando genética médica.

Era mi curso favorito pero tal vez también el más copioso. Amelia, mi mejor amiga estaba sentada en la silla de al lado, con la vista enfocada, más de fuerza que de ganas, en sus libros de psicología. Ninguna de las dos estaba a gusto, más que nada en el mundo, en ese momento queríamos dormir hasta que el amanecer nos despertara

— No puedo seguir — mañana tengo dos parciales — Dos — remarcó la palabra

— Sabes que de medicina, lo que más odio es anatomía — estoy harta, ¿por qué diablos no se muere ese viejo?

— Claudia — replicó Amelia riendo — aunque vos lo desees el viejo no se va a morir

— Tal vez puedo matarlo como Edgar Allan Poe en "el corazón delator"

—Vos y tus asociaciones literarias — se burló Amelia

— Perdona — dije desviando la mirada — Es que no puedo Amelia, es un curso innecesario, lo complican por gusto y el viejo eso nos enseña cosas que no aplicaremos solo para fregarnos la vida

— Cuando te ponés así, nadie te para — continuó Amelia mientras se estregaba cabello con las uñas

Nos quedamos en silencio y un ruido ensordecer comenzaba emerger y no paraba

—¿Qué miércoles es ese ruido? — exclamé con ahínco tras escuchar un horrible estruendo como de golpes muy cerca

Rasguñé la mesa por casualidad

— Hoy día estás más de malas Clau — se burló Amelia

— Pero como demonios voy a estudiar así — repuse mientras me acercaba a la ventana y echaba un vistazo

— Parece que es al frente — dijo Amelia sin entusiasmo — ¿recordás a la viejita de al lado, la señora Esposito, la que una vez se le escapóel gato y tu lo encontraste rasguñando la puerta, lo metiste a la casa y te lo querías quedar, cuando ella volvió

—Basta — No me des mas relleno — ¿que tiene la señora esa?

— Pues, ayer me la encontré y me abordó me dijo que al frente van a practicar unos chicos ¿rockeros? Creo, no lo sé, dice que harán ruido,

— ¿Van a vivir allí?

— No, el ruido solo será en la tarde y noche para tu fortuna

— ¿Te parece que tengo buena suerte? —Buena suerte sería si ensayaran en la mañana y en la tarde todo estuviera en silencio sepulcral

— Si necesitás un trabajo para el verano no dudes en consultar una funeraria

— Mi propia amiga, en lugar de ayudar te burlás — estoy frustrada Amelia, ¿cómo voy a estudiar ahora, tendré que quedarme en la madrugada y convertirme en una lechuza, ¿a que hora dormiré? ¿Invertiré mis horarios de sueño?¿Me dará una enfermedad cerebrovascular? ¿Y si me da un surmenage y demencia?

— Más demente no podés estar. Bajá la raja Clau, no va a pasar nada de eso por unos pibes que toquen al frente. Quizás su música sea buena

— Uf! De verdad que contigo no se puede

Amelia intentó a hablar

— Se lo que ibas a decir que soy una amargada, habla y habla Amelia, bla bla bla! Decí lo que vos quieras, pero no se cuánto tiempo vaya a soportarlo — diciendo esto me recosté en mi antebrazo mirando con desaprobación a mi interlocutora

Cuando pase el inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora