11. Mommy Issues

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–¿Por qué no lo dejas en paz y sigues tu vida? Deja de meterte en nuestros planes, no tenemos que pagar por las decisiones de mierda que tú y papá han decidido tomar a lo largo de los años, carajo.

Mi voz es veneno puro mientras le hablo a mamá.

No les primera vez que le hablo de esta manera, pero sí que estoy tan furiosa como ahora mismo. No he tomado pastillas, no conseguimos, solo un poco de coca de parte de algunos amigos de Caridad, pero nada más.

¿Podría culpar a eso de lo que me está pasando ahora?

Mi madre me tiene harta.

Acabo de llegar a casa por la fuerza luego de que haya puesto a su propia gente de seguridad para que me busquen y me saquen de la fiesta en la que me estaba divirtiendo con todo derecho.

–No me hables de esa manera, Catalina. No tienes ni la menor idea por lo que tu padre y yo hemos tenido que pasar con tal de sacar adelante la familia que tenemos y para criarles a ustedes.

–Ajá y mira la crianza que hiciste, dos de tus tres hijos solo quieren librarse de ti y de papá, mientras que la otra no tiene ni puta idea de dónde está parada y por eso es que no tienen esperanzas en Tania para seguir adelante con los negocios familiares, ¿verdad?

–¿Por qué simplemente no puedes ser como otra chica de tu edad, te dedicas a estudiar en la universidad y a sacar calificaciones? Buenas o malas, haz lo que quieras, pero limítate a comportarte como una chica normal, por todos los cielos.

–¡JA! Me haces reír. ¿Normal yo? ¿Acaso está puta familia es una familia normal? ¿Acaso ustedes fueron unos padres normales conmigo?

–Hicimos lo que cualquier madre o padre haría y es intentar sacar adelante a su familia contra todo pronóstico y adversidad.

–Claro, vendiendo armas y cerrando tratos de...vaya a saber quién qué clase de otras cosas son las que tiene papá. Que no te sorprenda si un día de estos aprendo a tomar armas y a poner a prueba mi talento para el tiro en un centro comercial.

Sus ojos están que arden.

No, sabe que no debo hacer eso, pero ¿yo lo sé? Sí, lo sé. ¿Sirve de algo contener mis ganas de salir y atacar a todo el mundo? Tan solo me imagino lo que significaría someterme a una situación así y la furia bulle en mí como mil demonios.

Solo quiero mandar todo al carajo y desaparecer del mundo.

Desaparecer de la vida de ellos.

No quiero pertenecer más a la mierda que sea a la que me hayan condenado y de la que yo misma intento apartarme con tal de poder hacer mi propio camino.

–Deja de decir esas cosas y contrólate, Catalina. Lo que esté sucediendo con tu hermano es asunto del cual nos encargamos nosotros.

–Claro, espero que no te enoje que se haya enamorado de una tipa de un clan enemigo. Ah, claro, ¿la mataste ya?

–Cierra la boca, Catalina y vete a tu habitación.

–¡Por supuesto que me iré a mi habitación, no pienso seguir tolerando tus lecciones de moral cuando tú misma fuiste la puta de papá y ahora pretendes educarme!

Boom.

Su bofetada me dio con fuerza en el rostro y me giró hacia un costado.

No.

Nunca fueron berrinches de niña rebelde intentando hacer cosas para apartarse de su familia. Jamás hice un berrinche injustificado.

Puede que haya llegado drogada, ebria o muy tarde a casa, o demasiado temprano al día siguiente, pero la peor parte de todo es que...posiblemente no pueda deshacerme muy fácil de todo lo que me antecede.

La historia familiar es algo que cuesta romper cuando intentas hacerte de tu propia historia por contar.

Y es aún más difícil cuando perteneces al bando de los malos, te obligan a aparentar ser buena y creces en un contexto donde existen mil versiones de las cosas y ni tus amigas más cercanas pueden saber que eres millonarias, que tu padre enamoró a tu madre luego de secuestrarla y someterla o que a los cinco años te enseñaban a usar un revólver como alternativa de "defensa personal ante situaciones desesperadas".


–¿Catalina?


Ella nunca podrá enseñarme cómo debo ser buena.


–¡Cata!


Huí de ella y de todos. No quiero esa vida. No quiero volver jamás a ello aunque mi presente sea un auténtico signo de interrogación.


–¡Catalina!

Jude me sacude mientras me grita en medio de la fiesta. Hemos llegado hasta el patio, en el set del DJ que está cercando la piscina.

Hay gente que se arroja completamente desvariada.

Hemos tomado un ácido y me ha hecho efecto antes de lo que esperaba, creo que he comenzado a alucinar con mi madre y ha despertado recuerdos horribles. Esto es lo que la gente llama "un mal viaje". Cuando consumes drogas, puede que suceda una o la otra, el bueno o el malo, pero esta es mi primera vez dándome con el peor.

Me acerco a Jude y le sujeto el cuello sudado para pedirle al oído:

–¡Abrázame!

–¡¿Qué?!–me pregunta por encima de la música.

–¡Que me abraces!

–¡¿QUÉEE?!

–¡YAAA VEN ACÁ!

Y lo hago yo.

Lo abrazo yo.

Su piel en contacto con la mía sabe sabrosa, sabe a salvación.

No sé qué tiene Jude, pero una parte de mí se siente al fin segura con él...

Entorno la mirada y contemplo de costado que está delante de mí algo del orden de lo esperado y es que mis amigas se están turnando para apartarse de los amigos de Jude. Paz se encuentra metiendo mano en el bolsillo del pantalón ancho a un chico que parece estar completamente suspendido en la nada misma mientras observa fijo una de las luces parpadeantes.

Sí, esta es la vida que yo elegí.

Y no fue la mejor, pero mis chicas no son como mi familia.

Ellas nunca me defraudarán...¿verdad?

GOOD GIRLSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora