20. Última salida

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Salgo de la biblioteca con el corazón latiendo con fuerza. La tensión del interrogatorio sigue pesando sobre mis hombros, y siento la necesidad urgente de hablar con alguien de confianza. En mi mente, solo hay una persona que puede entender la gravedad de la situación: mi hermano Massimo.

Sacando mi teléfono, marco su número y espero con impaciencia mientras la llamada suena. Después de unos momentos, escucho su voz del otro lado de la línea.

—¿Catalina? —dice con tono de sorpresa—. ¿Qué pasa?

—Massimo, necesito tu ayuda. La policía está investigando la desaparición de Bruce, y están empezando a sospechar de Paz y de mí. ¡Dicen que lo matamos y escondimos el cuerpo! —exclamo en un susurro apresurado.

Hay un breve silencio antes de que Massimo responda, su tono más grave de lo normal.

Creo que se mueve en el lugar donde está para poder seguir hablando.

—¿Qué estás diciendo, Catalina? ¿Alguien ha confesado algo?

—¡No! Por supuesto que no, Massimo. Pero necesitamos protección. Están a punto de atraparnos. Tienes que hacer algo, por favor.

La incredulidad se mezcla con la furia en la voz de Massimo.

—No puedo creer que estés metida en algo así. ¿Cómo diablos llegamos a esto? ¿La coartada no fue del todo buena? Mi gente que deshizo las pruebas son los mejores en el ámbito.

—Es complicado, Massimo. Pero ahora no es momento de discutirlo. Necesito que me ayudes.

Una discusión acalorada sigue mientras intento explicar la situación desesperada en la que me encuentro. Massimo se muestra renuente al principio, pero finalmente, cede ante mi persistencia.

—Está bien, Catalina. Pero quiero respuestas cuando todo esto se aclare, y ya sabes que también espero una compensación que tenga que ver con que no me arruines los planes de la boda..

—Te las daré, lo prometo. Solo necesitamos tiempo para demostrar nuestra inocencia o alguna coartada nueva porque nos están siguiendo los pasos a pies puntillas.

Massimo suspira, y puedo sentir la tensión en el aire incluso a través del teléfono.

—Enviaré protección. Pero después de esto, necesitamos tener una conversación seria.

—¿Enviarás? ¿Y eso cuánto tardará?

—Catalina, esto es serio. No puedo simplemente aparecer y solucionar todo. Pero estoy trabajando en algo.

Me intriga su respuesta y le pido más detalles. Massimo suspira antes de hablar.

—Tengo algunos contactos, socios de la familia. Pueden ayudarnos a manejar esto, pero necesito tiempo. Mientras tanto, mantente fuera de la mira de la policía y no hagas nada que pueda empeorar las cosas.

—Ya no hay escapatoria, tendremos que discutirlo con papá tarde o temprano, ¿verdad?

—Él es justamente la alternativa que encuentro para llegar a los socios que en verdad busco.

La confesión de Massimo me deja atónita. No esperaba que involucrara a los socios de la familia en esta situación. Sin embargo, la realidad de la situación me obliga a aceptar cualquier ayuda disponible.

—Massimo, ¿qué estás planeando exactamente?

—No puedes saber todos los detalles, Catalina. Solo confía en que haré lo que sea necesario para protegerte. Pero ten en cuenta que, si haces algo imprudente, todo se desmoronará.

—Lo entiendo, Massimo. Gracias, en serio.

La llamada termina, y mientras guardo el teléfono, una mezcla de alivio y ansiedad me invade. La protección está en camino, pero las consecuencias de esta situación están lejos de resolverse.

Mientras la universidad se sumerge en el caos, mis pensamientos se vuelven hacia Jude, mi amor prohibido. Realmente pensé que algo bueno podía suceder entre los dos, pero el amor no está hecho para personas como yo. O como nosotros. Quizás él realmente se merece algo mejor. La realidad de la situación me golpea, y sé que las circunstancias no permitirán que nuestra relación siga adelante.

Con un nudo en la garganta, cojo mi teléfono y redacto un mensaje de despedida para Jude:

"Jude, las cosas se han salido de control aquí. Mi familia está involucrada, y no puedo ignorar las demandas de mi padre. No puedo explicarte ahora, pero mi familia quiere protegerme y temen con todo esto de Jude"

Me siento terrible.

Siempre me juré que no le mentiría a él, pero acá estoy, escribiendo este mensaje que me quema en lo profundo.

"Regresaré a Italia, y la distancia que se avecina será inevitable. No puedo pedirte que esperes por mí o que te involucres en este caos. Te aprecio más de lo que las palabras pueden expresar, y siempre llevaré los recuerdos de nosotros en mi corazón. Cuídate y sé feliz. Cata."

Después de enviar el mensaje, me siento en mi habitación, con el corazón pesado. Aunque sé que es la decisión correcta dadas las circunstancias, la despedida con Jude se siente como una pérdida irreparable. La realidad de la situación y la incertidumbre del futuro se ciernen sobre mí, y mientras me preparo para enfrentar las consecuencias de mis acciones, una parte de mí lamenta la conexión que estoy a punto de perder.

GOOD GIRLSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora