Parte 17: Fiebre por verte

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¿Que hago? Peeta no me puede ver así.... eso solo apoyará la idea de que soy inestable. Podría correr y esconderme, pero tengo demasiada resaca como para volver a correr, además, tengo botellas vacías en el suelo que me incriminan. No hay escapatoria. 

Peeta entra por la puerta y me busca con la mirada. En cuanto me ve rodeada de botellas su cara cambia totalmente. 

--¿Katniss que estas haciendo?- pregunta subiendo su tono de voz. Odio que Peeta me grite, y más cuando tengo resaca. 

--Buenos días a ti también- digo sarcásticamente. 

--¡¿Estas ebria Katniss?!- me pregunta Peeta mientras se me acerca. Sus gritos hacen que la cabeza me duela más. 

--¿¡Enserio te atreviste a tomar!? ¡Ya habíamos hablado de esto Katniss!- exclama Peeta.

--¿Quieres dejar de gritar? Estoy segura de que todo el Distrito puede escucharte- digo.

--¿Resaca cierto? ¡Cuando entenderás lo mal que te hace!- dice Peeta

--¡Era lo único que callaba las voces!- exclamo

--¡Me prometiste que no lo volverías a hacer!- me reclama

--¡Te lo prometí porque pensé que podría recurrir a ti!- digo.

Peeta abre la boca apunto de decir algo, pero no salen palabras de su boca. No tiene argumentos contra eso. 

--Yo..... lo siento. Pensé que era lo mejor para ti- finalmente dice

--Aún no entiendo por qué todos pensaban eso- respondo

--¿Tomaste mucho?- me pregunta Peeta mientras me pone la mano en la mejilla apartando el cabello de mi rostro. Peeta habla antes de que pueda responder

--¡Katniss estas ardiendo!- exclama Peeta.

--No grites- digo sin pensarlo. Mi cabeza duele mucho.

--Lo siento. Ven, será mejor que te recuestes- dice Peeta bajando su tono de voz.

Creo que ya me perdonó. Me levanto lentamente del sillón tambaleándome. Doy un par de pasos antes de caerme. Peeta me agarra antes de que mi cuerpo toque el suelo. Será un viaje divertido.  Me intento volver a levantar hasta que la voz de Peeta me detiene.

--Yo te llevaré- dice mientras me carga alzándome del suelo.

--No tienes que hacer eso Peeta- digo 

--Lo quiero hacer, no quiero que te lastimes- dice Peeta.

Suspiro mientras rodeo su cuello con mis brazos, no sé si sea la mejor idea poner peso extra en su pierna de metal. Mientras Peeta esta concentrado llevándome, yo me concentro en su respiración y los latidos de su corazón, me calma mucho escucharlos. 

Cuando me giro hacia él para darle un beso, noto una herida en su cuello y no lo hago, un corte. Se ve demasiado reciente, incluso me da miedo tocarlo y que le duela. Peeta entra en mi habitación y me deja sobre la cama, que esta tendida.

--¿Cuando la tendiste?- pregunta extrañado

--Antes de que me llevaran al hospital- digo

--¿No dormiste aquí anoche?- pregunta confundido.

--Me quede dormida en el sillón- confieso. 

Peeta suspira, me arropa y me pone un trapo húmedo en la cabeza. Me quedo mirando su herida, no fue profunda. Un poco de crema la curaría rápido. 

Debo de haberme quedado viéndola un buen rato, porque Peeta lo nota y se cubre el cuello con la mano.

--¿Que te pasó?- le pregunto

Volver contigo - EverlarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora