Parte 25: El pasado sí afecta el futuro

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Me despierta el ruido de Peeta cambiándose. No sé por qué hace tanto desorden cuando se cambia rápido. Seguramente se despertó tarde, fue una noche difícil. Peeta tuvo un episodio en la madrugada y me costo un rato calmarlo. Y ambos tuvimos pesadillas. 

-- ¿Por qué tanto desorden? - pregunto un poco dormida. 

-- Lo siento, no era mi intención despertarte - dice Peeta. 

-- ¿Necesitas que te ayude con algo? - pregunto. 

-- No, voy tarde - responde. -- Te veo más tarde - dice mientras me da un beso en la frente. 

Peeta baja corriendo las escaleras. Es muy temprano para levantarme, y no dormí casi nada anoche. Snow me atormentó en cada una de mis pesadillas. Solo me vuelvo a acomodar y cierro los ojos, deseando no tener otra pesadilla. 

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Me vuelvo a levantar después de un largo sueño. Realmente necesitaba dormir. Veo el reloj y me doy cuenta de que estuve unas horas dormida. Será mejor que me levante. Me doy una ducha y me cambio. Últimamente Peeta y yo hemos tenido episodios más seguido, no entiendo por qué. No hemos estado bajo estrés, así que no encuentro una razón. Tampoco hemos peleado desde la semana pasada cuando Gale vino a buscarme para cazar. Yo lo rechacé pero aún así Peeta se enojó un poco. No fue de gran magnitud, ellos no se pelearon, pero Peeta se comportó cortante todo ese día.

Peeta tiene flashbacks unas dos veces por semana, lo cual me preocupa mucho. Pero él dice que no pasa nada, que sanará poco a poco y que el doctor dice que es normal. Pero también se preocupa mucho por mí, tiene mucho miedo de lastimarme, incluso tiene pesadillas con esa idea. Yo tengo ataques unas cuatro veces a la semana. Los odio, son aterradores. A veces incluso pierdo la memoria después de ellos, Peeta se asusta mucho cuando lo hago. No importa si evito situaciones estresantes, pasan de repente. Peeta siempre logra calmarme rápidamente, la mayoría de veces incluso antes de que comience. Pero a veces los tengo cuando él está en la panadería, y en ocasiones me toma incluso horas calmarme. No se lo cuento porque sé que él es capaz de dejar de ir solo por mí.

Me trenzo el cabello y bajo a la sala. No sé qué hacer. No quiero comer, he estado vomitando mucho últimamente por alguna razón. Creo que estoy intoxicada, desde que Peeta volvió a la panadería yo me preparo la comida, y digamos que no soy muy buena cocinando.

Decido que voy a ver la televisión y la prendo. No me gustan mucho los canales, los encuentro aburridos. Siempre me quedo viendo las noticias o documentales de animales y plantas. Esta vez pongo las noticias. Son muy estresantes, pero tengo que mantenerme informada de la situación en Panem. Mi mayor miedo es que un familiar de Snow llegue al poder y que yo no me entere a tiempo. Sé que no dudarían en reanudar Los Juegos del Hambre. Sé que yo ya no iría a la cosecha, pero seguramente tratarían de vengarse de mí de alguna manera. 

En el noticiero comienzan a hablar de Peeta y yo. ¿No se cansan? Llevan hablando de nosotros desde los primeros Juegos. Comienzan a hablar sobre cosas que la gente especula de nosotros, la mayoría son horribles. Me comienzo a estresar y simplemente no quiero seguir escuchando. Apago el televisor y decido ir por un poco de agua. Cuando abro la alacena un vaso se cae y se rompe en el suelo. Los vidrios salen volando y uno me hace una cortada en la frente. Justo en el lugar en el que Clove me cortó con su cuchillo. 

Me siento en el piso y cierro los ojos de dolor. No es tan fuerte, pero me hace sentir mareada. De repente escucho una risa extrañamente familiar. 

-- ¿Dónde está el enamorado? - pregunta. Es Clove. 

-- Ay, ya entendí. Tú querías salvarlo, ¿no? Ay que tierna - dice. 

¿Clove? No, ella no puede estar aquí...... No es real, no es real, no es real...........

-- Oh, claro que es real. ¿Qué sucede? ¿Asustada? - pregunta riéndose. 

Comienzo a temblar y el miedo me invade. ¿Cómo se supone que piense que no es real cuando puedo escucharla tan claramente? Y puedo sentir la sangre escurriendo por mi frente. ¿Cómo me lastimé si no era real? 

 -- Lástima que no pudiste salvar a tu noviecito. Sí, lo matamos. Y ahora te mataremos a ti - dice Clove. 

¿Qué? ¿Mataron a Peeta? ¿Dónde estoy? ¿Estoy en la arena? Todo da muchas vueltas. De repente ya no recuerdo donde estoy, por qué me sangra la frente, quien me está hablando, ni que está pasando. ¿Por qué no puedo abrir los ojos? No puedo ni siquiera moverme. El miedo me tiene congelada. Comienzo a llorar.

-- Oh, no llores. Tranquila, haré esto lo más doloroso posible - dice alguien mientras ríe. Por alguna razón siento que sé quien es........ pero no puedo recordar nada. 

-- No te preocupes. Me encargué de que tu noviecito sufriera, pero no tanto como tu lo harás - dice. ¿Mi noviecito? ¿Dé quién habla? Solo sé que debe de ser alguien que me importa mucho.

Me acuesto en el suelo y me hago bola. Solo quiero que esto acabe. Escucho gritos desgarradores y explosiones. Gente rogándome que la ayude. Me tapo los oídos, pero no sirve de nada.


-- ¡Todo esto es tu culpa! -


-- ¡Monstruo! -


-- ¡Asesina! -


-- Arderás en el infierno -


No entiendo por qué me dicen todo esto.

Soporto unos minutos así, hasta que todo se vuelve demasiado abrumador. Ya no lo soporto más. Reúno todas las fuerzas que puedo y abro los ojos. Me encuentro en una casa desconocida, en una cocina al lado de vidrios rotos. No tengo idea de qué pasó. No recuerdo quien soy. Ni mi nombre, ni mi edad, ni nada. Mis recuerdos giran y giran, tengo muy poca información. Me levanto como puedo. No sé que me está pasando, pero lo que sí sé es como detenerlo. Algo me dice que no es la mejor forma de hacerlo, pero es la única información que tengo y esto es una tortura. 

Busco desesperadamente en todos los cajones que hay. Y finalmente encuentro lo que busco, alcohol. Abro la botella y me tomo un gran trago de golpe. Las voces se van. Tomo muchas botellas hasta que un fuerte dolor se dispara en mi estómago. Caigo sobre mis rodillas, es un dolor desgarrador. ¿Qué me está pasando? El dolor empeora cada vez más. Comienzo a gritar y llorar de dolor. 

Lo último que veo es sangre. Mucha. No sé de donde ni por qué, pero el dolor es tan fuerte que me desmayo. 



Volver contigo - EverlarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora