Parte 33: Ya me ha pasado antes

94 1 0
                                    

Abro mis ojos lentamente. Dormí pacíficamente la noche completa, sin ninguna pesadilla. Estoy acurrucada con Peeta, sigue dormido. Sentir sus brazos envolviéndome hace que un calor recorra mi cuerpo, un calor que me hace sentir segura. Creo que es maravilloso que el mundo me haya permitido tener a alguien tan increíble que haga que seguir viva valga la pena. 

Quisiera quedarme así para siempre, pero realmente tengo que ir al baño. Intento levantarme lo más delicadamente que puedo para no despertarlo, pero es inútil. 

— ¿Qué sucede? - pregunta medio dormido. 

— Nada, vuelve a dormir - se me queda mirando como si sospechara de mí. Ya van varias veces que le miento diciéndole que estoy bien después de una pesadilla, y creo que lo sabe. — Sólo voy al baño. Ahora regreso, duerme - él cierra los ojos de nuevo. 

Me levanto lentamente, mi cuerpo sigue dormido. En cuanto me muevo me invade un mareo horroroso, me tengo que sujetar a la cama para no caerme. Afortunadamente Peeta no lo nota. El mareo disminuye un poco y me dirijo al baño con cuidado. Quizá me levanté demasiado rápido. 

Peeta me dijo que hoy no iba a ir a la panadería por cansancio, por eso sigue aquí. No he comprobado qué hora es pero sé que ya son al menos las ocho por la luz del día. Decido mojarme la cara con agua fría para despertarme un poco. Luego comienzo a lavarme las manos. Por alguna razón Peeta está obsesionado con tener jabones con olores de flores, este huele a lavanda. Incluso es morado, me pregunto dónde consigue este tipo de........

El mareo aumenta de repente y comienzo a sentir muchas náuseas. Son tan fuertes que incluso pausan mi pensamiento. Me volteo rápidamente, lo cual claramente fue un error porque me caigo por el mareo. Alcanzo la taza de baño justo a tiempo y vomito. Y sigo vomitando durante un rato. Cuando por fin mi cuerpo me deja alejarme, me siento en el suelo, sin fuerzas. El vómito me quitó el poco líquido y alimento que tenía en mi cuerpo. 

— ¿Katniss? ¿Estás bien? - parece que Peeta me ha estado hablando durante un rato.

— Sí. Ahora voy -

Odio vomitar, me quita las pocas fuerzas que tengo. Y aún no he tomado mis..... "medicinas", así que estoy aún más débil. Pero por qué me siento.......

Oh Dios 

Sé lo que es esto. Sé lo que me sucede. Ya me ha pasado antes. Los mareos, el vómito....... todo me pasó cuando yo estaba............. cuando yo estaba...........

No. No puede ser. No puedo estar............ No puede estar pasándome. Quiero convencerme a mí misma de que es pura coincidencia, de que comí algo en mal estado. Pero conozco este sentimiento bien. El malestar es diferente a cuando estás enfermo. Algo totalmente nuevo y aterrador. No lo había analizado mucho hasta que me enteré que yo estaba...............

Ni siquiera puedo decirlo. El pánico y terror me invaden y noto que comienzo a llorar. Puedo sentir el ataque de pánico aproximarse e intento contenerlo. No sé cómo sentirme. Todo lo que siento es miedo, miedo de que pase otra vez...... Miedo de ser una terrible madre. Desde ese día mi hijo nunca nacido ha protagonizado la mayoría de mis pesadillas, Peeta no lo sabe, no puede saberlo. No me atrevía a hablar sobre ese tema otra vez. 

— ¿Katniss? ¿Qué sucede? Ábreme por favor - estaba tan aterrada que ni siquiera me di cuenta de lo altos que eran mis sollozos. No quiero abrirle. No quiero enfrentarme a él, no ahora. No puede saberlo, no hasta que limpie mi mente. Y no puede verme llorando por eso, pensará que me siento forzada. Todo lo que sé es que no puede enterarse, no ahora. Comienza a volverse imposible respirar  — No me hagas entrar - realmente la puerta está abierta, pero él quiere respetar mi privacidad. Está esperando que yo le abra. Mi mente no puede pensar en tantas cosas a la vez. Tengo que inventar una excusa. 

Volver contigo - EverlarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora