Como siempre, solté un suspiro lleno de molestia cuando llegué antes que la profesora de fotografía industrial. No tenía idea porqué siempre llegaba a la hora exacta cuando ella se encargaba de dejarnos esperando en el pasillo del séptimo piso, con el frío aire de las mañanas, puesto que los pasillos no tenían ventanas, sino que la estructura estaba hecha para la buena ventilación.
Al ser una Universidad grande era buena, aunque si te pones a pensar y meditarlo un poco, cuando observas la cantidad de alumnos que hay en una simple Universidad de omegas y betas, te das cuenta que lo único que eres es un grano en el mundo, que no importas, un granito de arena, uno más entre infinidad de personas.
¿Cuántos como yo habrían cometido errores en su vida? ¿Cuántos omegas estarían pasando por lo mismo? Ser excluidos, ser maltratados y nombrados como una abominación tantas veces, que ya no hay forma de que no te lo creas; muchos lo considerarán exagerado, pero pocos comprenden lo que es el tener un pensamiento tan adentro en tu subconsciente que no importa cuánto te quieras sentir hermosa o normal, no eres normal, yo no lo soy, porque soy una persona que cometió un error y ahora me tratan como la peor pecadora existente.
Me acurruqué en la gruesa polera verde de Samantha, ella la llevó en su auto exclusivamente para que yo la use cuando volvimos del estadio, realmente con ella todo ha salido relativamente bien. Samantha se empeña en hacerme sonrojar o en decirme lo hermosos que me ven sus ojos, además que Abdiel y ella se llevan tan bien que parece mágico, creo que pronto podrá entrar a mi casa y quedarse por unas horas sin ningún problema.
Siempre es bonito pensar en Samantha, eso me da muchísima calidez.
Levanté la mirada sólo cuando la profesora Munroe llegó, como siempre, pidió disculpas por su tardanza. Todos entramos al salón, congelándonos de frío y entonces me senté, tal cual cada una de sus clases, en el asiento del final de la segunda fila, cerca de la puerta de salida. Odiaba las clases de los viernes, no porque fueran malas, realmente la fotografía industrial me llamaba la atención como cualquier otro curso, sino porque no me tocaba con Nuvia, ni siquiera con la idiota de Molly, que, sea como sea, me platicaba y sabía que contaba con ella para emergencias, como por ejemplo...
''Bueno, alumnos. El trabajo de hoy es grupal, así que quiero que formen grupos de cuatro o de cinco, en unos minutos paso para indicarles que deben hacer.'' -
Sí, esta es una emergencia.
Observé como mis compañeros, tanto los omega y los beta, se agrupaban con sus amigos, soltando risas escandalosas y dejando que sus sillas chillen mientras las acomodaban. Suspiré, sintiendo de nuevo esa tristeza querer consumirme, respiré hondo para evitarlo y pensé en Samantha. Una pequeña sonrisa se formó en mis labios cuando me sorprendí a mí misma pensando en Samantha, no en Abdiel como siempre hacía, al parecer esta alfa estaba entrando tan profundo en mi corazón que debía resignarme a la idea, intentando olvidar que algún día debía dejarla ir, cuando consiguiera a una omega digna para ella y se olvide de su capricho porque seamos buenas amigas.
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¡! 𝐑𝐈𝐕𝐀𝐑𝐈 ─ ❛ 𝐓𝐡𝐞 𝐏𝐞𝐫𝐟𝐞𝐜𝐭 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚. ❜ ˹ 𝐆!𝐏 ˺
Fanfic❛ 𝖳𝗁𝖾 𝖯𝖾𝗋𝖿𝖾𝖼𝗍 𝖮𝗆𝖾𝗀𝖺. ❜ ─ 𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐑𝐢𝐯𝐚𝐫𝐢 ˹ Cuando eres la perfecta definición del omega imperfecto, pierdes todo pensamiento positivo de algún día encontrar al amor de tu vida. Abril Garza tiene veinte años, un...