━ ❛ 𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐗𝐕𝐈𝐈. ❜

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— ¿Es-Está viva? —

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— ¿Es-Está viva? —

Escuché vagamente la voz de Elizabeth, para después oír a Nuvia y Molly entrando al callejón, gritando mi nombre. Todo se volvió demasiado confuso para ese punto, era yo tratando de controlarme, calmar a mi omega interna que me pedía ponernos a llorar al ver el cuerpo de Marina en el suelo, con los restos de lo que fue un ladrillo cerca de su cabeza.

No lo pensé, no lo planeé ni mucho menos imaginé que terminaría de ese modo. Cuando giré para entrar al callejón, Marina me daba la espalda mientras golpeaba a Elizabeth, quien estaba tirada en el suelo hecha un ovillo, cubriéndose el rostro y el estómago. La rabia que sentí fue suficiente para que observara a mis lados, encontrándome con unos ladrillos viejos y abandonados apilados unos sobre otros. Tomé el que estuvo más cerca y corrí hacía ella. Para el segundo en que los ojos de Elizabeth me miraron, ya el cuerpo de Marina caía al suelo en cámara lenta, junto con el ladrillo roto.

— Demonios, Abi. — Nuvia me tomó del brazo, sacudiéndome ligeramente. — Amiga, dime que estás bien, por favor. Mírame. —

Salí del trance en el que me encontraba cuando su cuerpo rodeó el mío y me abrazó con fuerza. Sentí su calidez y fue suficiente para aferrarme a la frágil espalda de mi amiga, dejando que mi omega fuera libre, que mi cuerpo temblara y que mis ojos se llenaran de lágrimas contenidas, mientras le repetía a Nuvia que quería a Samantha.

— Llámala, ¿sí? Llámala, ella puede ayudar. —

Recordé que Samantha tenía una reunión y seguramente en este momento debía estar en ella, pero mi egoísta deseo pudo más, así que apenas un brazo de Nuvia me liberó, saqué mi teléfono de mi bolsillo y marqué al segundo número en llamadas rápidas. Pegué el aparato a mi oreja y al segundo timbre, escuché la voz de mi alfa, llenándome de una sensación de paz impresionante.

"Hey, babe. ¿Qué pasa?" — Preguntó, preocupada. —"Ahora deberías estar en clases." —

— Lo siento. — Gemí, tratando de aclarar mi garganta. — Lo-Lo siento Samy, es que... Necesitaba-Necesito escucharte. —

"¿Abi?" — Su voz se escuchó mucho más alarmada. —"Cariño, ¿qué ocurre? ¿Por qué lloras?" —

— Mierda. — Llevé una de mis manos a mis cabellos y contuve la respiración por unos segundos, tirando de mis cabellos con algo de fuerza. — Es que... Ella, fue ella, ella empezó a golpear a una omega y no pude... Mierda, Samantha, no pensé-Bueno, sí pensé, pero... Creí que no debía... —

"Permitirlo." —

— Ujum. — Suspiré, apoyándome en la pared que estaba a mi espalda y observando a Molly auxiliar a Elizabeth. — No debía... Permitirlo. —

"¿Te hizo algo? ¿Cómo estás?" —

— No, no. — Negué con la cabeza, aunque Samantha no podía verme. — Ella ni siquiera me vio, sólo... Sólo la golpeé con un ladrillo que encontré, lo golpeé en la cabeza y ahora está... Está en el suelo. Demonios, Samantha. — Me dejé caer hasta que me senté en el piso, apoyada aún contra la pared. — Dime... Dime que todo estará bien. Vamos, dímelo. —

¡! 𝐑𝐈𝐕𝐀𝐑𝐈 ─ ❛ 𝐓𝐡𝐞 𝐏𝐞𝐫𝐟𝐞𝐜𝐭 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚. ❜ ˹ 𝐆!𝐏 ˺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora