━ ❛ 𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐗𝐗𝐈. ❜

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"¿Ya se quedó dormido? Rayos, quería hablar con él

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"¿Ya se quedó dormido? Rayos, quería hablar con él." —

Sonreí al oír la voz infantil de Samantha al otro lado del teléfono y no pude evitar morder mi labio, encantada con la preciosa amistad que se había formado entre ella y Abdiel. Samantha llevaba exactamente un día fuera y ya la extrañaba demasiado. No era la misma, mi dependencia hacía ella se notaba tanto que incluso Abdiel, antes de caer dormido, me traía todos sus juguetes para ver si me animaba con alguno.

— Extrañé mucho tu voz. — Murmuré, encogiéndome en el rincón del sofá, acurrucándome en el blazer de trabajo de Samantha, ese mismo que traía puesto simplemente para sentir su olor, su calor, para disminuir un poco el vacío de mi pecho por su ausencia. — Te extraño a ti. —

"Lo sé, babe, no te das una idea de lo mucho que te pienso y te extraño también." — Ella hizo una pausa, mientras yo me continuaba acurrucando. Quizás dormir en el sofá me ayudaría a no llorar al acostarme en mi cama, tal y como la noche anterior. Extrañaba hasta su presencia conmigo, sus brazos haciéndome sentir la cucharita pequeña, o esos dulces besos que me daba sobre mi cabeza antes de dormir. — "Es una dependencia muy grande." —

— Nunca me había sentido así, Samantha. — Hice un puchero, aun sabiendo que ella no podía verme. — Siento que te pertenezco, sin necesidad de pertenecerte... Es raro. — Pasé mi mano por sobre mi cuello, no había nada ahí. — ¿Así se siente amar? —

"No lo sé, mi amor." — Ella sonreía, yo lo sabía. — "Sólo sé que me perteneces, así como yo doy mi vida por ver tu sonrisa, Abril." —

— Te amo. Realmente, realmente te amo, Samantha. —

"Solo hace falta que me digas eso un par de veces más para tenerme viajando de regreso a casa, Abril, para besarte, para hacerte mía apenas cruce por esa puerta." —

— No digas esas cosas. — Suspiré. — Estás haciendo algo importante, no puedes venir... — No importa lo asustada que esté, nunca sería una carga para ella.

"Lo sé, uhm." — Ella se tomó su tiempo antes de continuar. — "El director, es agradable, supongo... Mañana en la mañana tengo un desayuno con él, aunque prefiero mil veces quedarme en mi suite del hotel y llamarte." —

— Debes ir, y lo sabes. — Sentí la conexión con Samantha perderse y siseé, apartando el teléfono de mi oreja. Busqué el problema en este, notando que una segunda llamada quería entrar, acelerando mi corazón y no de una buena forma. "Ibai. – Llamada entrante." en letras grandes y blancas. Negué, acercando de nuevo el aparato a mi oreja, esperando que la llamada se acabara y poder hablar con mi alfa tranquila. — Espera. Espera Samy. Cinco segundos, ¿sí? — Entré en pánico, no quería hablarle de eso, no quería que ella supiera que había faltado al trabajo.

"¿Qué pasa, amor?" — Oí su voz preocupada, alentándome a contarle.

— Es solo... Solo. — Suspiré. — Es mi jefe, él... Seguro me necesita para algo, mañana... Sí, debe ser eso. —

¡! 𝐑𝐈𝐕𝐀𝐑𝐈 ─ ❛ 𝐓𝐡𝐞 𝐏𝐞𝐫𝐟𝐞𝐜𝐭 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚. ❜ ˹ 𝐆!𝐏 ˺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora