━ ❛ 𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥. ❜

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La mano de Abril entrelazó sus dedos con la mía y le regalé una rápida mirada, asintiendo con la cabeza, tratando de darle toda la seguridad posible

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La mano de Abril entrelazó sus dedos con la mía y le regalé una rápida mirada, asintiendo con la cabeza, tratando de darle toda la seguridad posible.

— Este juzgado concluye que, ante las tradiciones ya conocidas por nuestra sociedad, impuestas desde tiempos remotos y basadas en regímenes variados según el género, además de creerse que un pequeño puede crecer mejor en un entorno mejor, lo más conveniente es que la tenencia del menor, Abdiel Garza, sea entregada a su padre alfa biológico, Juan Guarnizo. —

— ¿Qué? — Mi pequeña omega mordió su labio, temblando después de haber oído al alfa decir eso. Abril soportó tantas cosas, se mantuvo firme a pesar de todo, pero luego de esas palabras sentí que su corazón se detuvo por un segundo, antes de latir con fuerza, totalmente asustada y devastada. Mi brazo, sin poder evitarlo más, rodeó su cintura, acercando su silla y atrayéndola hacia mí, aferrándome a ella para que no se dejara vencer. — Sam... Él dijo... —

— Aún no acaba. — Le interrumpió Aldo, captando nuestra atención. — Él va a seguir leyendo, Abril. —

— Teniendo conocimiento de que el alfa nombrado tiene derecho al menor por ser su padre biológico. — Él tomó aire, antes de seguir. — Sin embargo. — Miró hacia el público, olvidándose de sus hojas por un momento. — Ante las pruebas y mi juicio personal, incluso desde mucho antes de mi charla con el agradable menor, no puedo estar más convencido al reconocer los sentimientos de la omega, Abril Garza, por su hijo, como el amor más puro que he podido apreciar, habiendo vivido ya 67 años. — Ahora él se concentró en mirar al bastardo de Juan. — Yo fui testigo del momento en que pasó por el pasillo cuando Abdiel estaba haciendo un alboroto, sin embargo, no le importó y siguió su camino, sin darle ni una mirada al pequeño. — Juan separó los labios, pero al instante el juez habló de nuevo. — No hay paso a negaciones porque estaría mintiendo, yo lo vi, señor Guarnizo. — Incluyó algo de propiedad cargada de ironía. Sinceramente, agradecí por un segundo esa egocéntrica personalidad.

— Se-Señor juez. — Habló el abogado de Juan, levantándose de su lugar. — ¡Es-Eso no está a juicio! ¡Fue durante el receso! Mi cliente no estaba en la obligación de interesarse por el menor si aún no cuenta con su tenencia. Él- —

— ... Es su padre biológico. — Lo interrumpió el juez. — Claro que está en la obligación de interesarse por su hijo en peligro. Sin embargo, las únicas que corrieron desesperadas al oírlo fueron la señora Abril Garza y la señora Samantha Rivera, quienes, cabe aclarar, fueron también las únicas que tranquilizaron al pequeño y además se encargaron de que cumpliera con las normas, que obedeciera y que se encuentre dispuesto a hablar conmigo. —

— Pe-Pero... —

— Pero nada. — Continuó el juez. — Y, si me permite continuar, abogado. — Entrecerró los ojos. — Mi charla con el menor fue bastante corta, pero muy significativa, lo único que le pregunté al niño era "¿Qué deseas hacer?" su única respuesta, y lo cito, fue: "Quero cuidar a mamá." —

¡! 𝐑𝐈𝐕𝐀𝐑𝐈 ─ ❛ 𝐓𝐡𝐞 𝐏𝐞𝐫𝐟𝐞𝐜𝐭 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚. ❜ ˹ 𝐆!𝐏 ˺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora