━ ❛ 𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐗𝐕𝐈𝐈𝐈. ❜

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— Samantha, entiende, por favor, ella no quiere verte

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— Samantha, entiende, por favor, ella no quiere verte. —

— Ama, eres tú quien no entiende. ¡Debo verla! —

— Y ella no quiere. ¿Por qué no comprendes? —

Escuchaba con claridad a Samantha y a Ama discutir, pero no hacía ni el más mínimo intento por moverme. No sabía si había pasado una o quizás fueron dos horas desde que todo sucedió, pero ya me encontraba acostada con el cuerpo dormido de Abdiel en mis brazos, mientras me acurrucaba más cerca de él, deseando que Samantha entendiera y se fuera.

Sabía que no era fácil para mi hermana el estar enfrentando a una alfa, aunque ambas sabíamos que Samantha era inofensiva. Relativamente hablando, la voz de Ama iba apagándose más y más, aunque aún la oía, tan terca como ella lo era, no dejaba que Samantha ingresara a la casa, o eso me podía imaginar.

— Es algo de pareja, Abril es mi omega, quiero-—

— No es tu omega. — La interrumpió ella. — No la has mordido y lo de ser novias es una estupidez. No es tu omega, no te pertenece así que no es algo de parejas. Puedo meterme y decirte que no quiero que le hagas más daño a mi hermana. ¡Vete! —

— Ama, solo... Por favor, solo hablaré con ella. —

— No, Samantha, Abril no quiere, respeta su decisión. ¿Y eso que decías de que los alfa y los omega son iguales? Ella no quiere verte, déjala tranquila. —

— Lo sé, lo sé, realmente lo sé... Solo... Mierda. — Maldijo. — Dile... Dile que la amo, ¿sí? Por favor, dile que es mi vida y que me conteste al teléfono o algo. Que no llore más por mí, no solo porque no lo valgo, sino porque nada es como ella cree, ella no debería estar llorando ahora. ¡Demonios! — Escuché un sonido de golpe y después un silencio total.

Me iba a levantar para saber qué había sucedido cuando la puerta de mi habitación se abrió y Ama entró. Soltando un largo suspiro, relajó su cuerpo de un modo tan exagerado que de no ser por lo rota que me sentía en ese punto, seguro me habría reído de ella.

— Dice que te ama. — Me dijo, acercándose para sentarse a mi lado en la cama, pasando sus dedos por mis cabellos, acariciando mis raíces. — Y que no debes llorar por nadie, ni siquiera por ella. —

— Lo sé, la oí. —

— Sí, yo igual. — Ella sonrió. — Es la primera vez que veo a una alfa así, estoy algo... Sorprendida. —

— Ella es así... Siempre me dice cosas como esa. —

— Exacto, a ti. — Ama se encogió de hombros. — Es una alfa a la que se le aguaron los ojos mientras le hablaba de una omega que ni siquiera ha mordido. Lo siento si tú estás acostumbrada... Yo no. —

¡! 𝐑𝐈𝐕𝐀𝐑𝐈 ─ ❛ 𝐓𝐡𝐞 𝐏𝐞𝐫𝐟𝐞𝐜𝐭 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚. ❜ ˹ 𝐆!𝐏 ˺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora