━ ❛ 𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐕𝐈𝐈. ❜

3.5K 190 44
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Observé el gran edificio desde el auto ya estacionado fuera. Suspiré cuando los dos hombres se bajaron de este y uno de ellos me abrió la puerta; él me tendió la mano pero negué con la cabeza y me tomé mi tiempo para salir del coche, ya había cortado la comunicación con Vicky cuando entendí, más o menos, lo que tenía que hacer.

Estaba emocionada, tan excitada pero tan aterrada a la vez, además de que tenía mi cabeza llena de dudas, de tantas preguntas que deseaba Samantha contestara, aunque sabía que cuando la viera, ella no desearía articular palabra y seguramente yo tampoco.

Aún no estaba segura de si Vicky había oído mal o si fue una equivocación, tal vez Samantha me terminaba tirando a patadas de su penthouse como a los omega que le habían llevado, pero fuera como fuera, quería intentarlo, mi deseo por ayudarle y mis ansias por ser deseada por la dueña de mis pensamientos podían más que el mismo temor de salir mordida de esa habitación. ¿Qué tal si Samantha llegaba a odiarme por venir sin su consentimiento? Vicky bien podía estar equivocada, porque al final habían sido muchos días sin vernos y Samantha no movió un dedo por cambiar ello, aunque yo tampoco, pero supongo tengo mis razones.

— Lárgate. — Escuché una vez el ascensor sonó mientras las puertas se abrían lentamente, indicándome que llegué al último piso del edificio, donde se encontraba el Penthouse de Samantha.— ¿Acaso eres imbécil? Te dije que te largaras, o por tu cuenta o por la mía, pero te aseguro que si es a mi modo no saldrás en una pieza, bonita. — Al estar justo en medio de la entrada de su habitación, podía oírla bien, era ella, estaba segura de que esos gritos sonando casi como fuertes gruñidos enojados provenían de Samantha, era su voz.

Corriendo desde el fondo del largo y oscuro lugar, ya que ni una de las luces estaban encendidas, vi una omega delgada, de largas piernas en tacones, haciendo resonar sus zapatos en el mármol del suelo, corriendo tan torpemente que estuvo a punto de caer dos veces, ella llevaba un vestido blanco cubriendo sus muslos para luego un poco más arriba enseñar su escote.

Vaya, pensé, definitivamente las personas que le traen a Samantha son de calidad. 

— Ehm... — 

— Sal de aquí. — Me dijo, acomodándose sus ropas una vez se sintió segura dentro del elevador, se colocó al otro extremo de este y respiró profundo, mirándome, mostrándome el infinito terror en su mirada, la comprendía, ningún omega amaría ver a un alfa en celo enojado, muchos seguramente no habrían salido vivos de esa. — Samantha no está... Normal. Ella nunca ha sido así, tú... Solo vete ¡Te hará daño! —

Suspiré, sí, lo mismo me había dicho Vicky, Samantha no era ella misma. Di unos dos pasos para entrar al penthouse y salir del elevador, ante la mirada atónita de la chica.

— O se hará daño. — Susurré, no supe si me escuchó porque las puertas del elevador no tardaron en cerrarse. Caminé mucho más decidida que antes hasta la habitación principal, al final de ese enorme lugar, imaginé que esa era la habitación no solo por ser la más grande y que la chica haya salido corriendo por ese pasillo, sino porque olía a Samantha, Samantha y Samantha. Algo parecido a café, un olor cálido y reconfortante; ronronee queriendo acercarme más hasta que abrí con cuidado la puerta y la vi ahí. 

¡! 𝐑𝐈𝐕𝐀𝐑𝐈 ─ ❛ 𝐓𝐡𝐞 𝐏𝐞𝐫𝐟𝐞𝐜𝐭 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚. ❜ ˹ 𝐆!𝐏 ˺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora