Capitulo 10: Cuando una nación sangra

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(Alfons Pov)

Tal como esperaba, una vez se les dijo a los mercenarios que Mugear quien era el nuevo jefe y mostré el contrato que lo demostraba, en cuestión de segundos dejaron de lado cualquier actitud hostil y procedieron a actuar con cordialidad a mi persona. Y es que la facilidad con la que estos tipos cambian de lealtad una vez su jefe actual se deshizo del anterior es un fenómeno común en el mundo de los mercenarios.

Estos individuos son contratados por dinero y no tienen un compromiso ideológico o emocional con ninguna causa en particular. Su lealtad está determinada principalmente por sus intereses personales y económicos. Cuando un jefe o empleador ya no puede cumplir con sus demandas o no les ofrece las recompensas esperadas, ellos no dudarán en buscar nuevas oportunidades y cambiar de bando. Para ellos, la lealtad es un concepto relativo y flexible, y su principal objetivo es asegurar su propia supervivencia y beneficio económico... en especial si su nuevo jefe puede matarlos como hizo con el anterior.

Pero de momento, bastaba con que supieran quien estaba al mando.

Alfons: Lyra, Clara. Veo que pudieron con el trabajo, nunca dude un segundo de ustedes -dijo mientras me servía una taza de café en lo que observaba a mis compañeras abrirse paso en la habitación.

Y junto a ellas cierto par de rubios que ya tenía una idea de quienes se trataban. Los impostores que se atrevían a usurpar la identidad de Edward, esto sería interesante. 

Clara: Si, claro -dijo fingiendo no creerme en lo que yo solo rodé los ojos, en verdad que esta mujer amaba hacer una tormenta en un vaso de agua

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Clara: Si, claro -dijo fingiendo no creerme en lo que yo solo rodé los ojos, en verdad que esta mujer amaba hacer una tormenta en un vaso de agua.

Alfons: Habló en serio -dije antes de ver a los dos chicos- entonces ¿Quiénes son nuestros dos suplantadores?

Lyra: Los hijos del Alquimista Rojo, señorito -dijo haciéndome arquear una ceja.

Alfons: ¿Los hijos de Nash? -pregunte haciendo que el menor levantara la mirada.

Vaya... Es más pequeño de lo que pensaba, hasta es tierno. Espero que no me haga ojos de cachorro o si no definitivamente me tendrá en la palma de su mano. Nunca he sido bueno para decirle que no a los niños.

Fletcher: Se quién eres, el niño dorado de Central... ¿Conociste a papá?

Alfons: Claro que no. Desapareció el mismo año que yo apenas comencé la academia militar. De hecho, creo que nadie lo llegó a "conocer" en realidad, según escuche, era alguien muy retraído -dijo para luego suspirar- aunque hay algo que... creo que merecen saber.

Russell: ... ¿Algo que merecemos saber? -pregunto con desconfianza.

A la vez que yo ya estaba preparándome mentalmente para esto... demonios.

El aire se volvió denso en la pequeña habitación cuando los hijos de Nash escucharon las palabras que sus corazones temían, pero que por sus expresiones, ellos ya lo sabían o tenían una idea, pero no lo querían aceptar, la realidad que ahora se le presentaba. Desde escuchar la verdad de la investigación de su padre tal cual hasta la muerte de este.

Segunda oportunidad (FMA AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora