C a p í t u l o 6

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C A P Í T U L O 6

Bury a friend- Billie Eilish

—Necesito a todos los ángeles disponibles en la zona sur de la ciudad, porten espadas de luz y balas de muerte. ¡Que no se escape nadie! —ordenó Ryker con la cara deformada en irá y sudor, mientras sacaba su propia espada y desplegaba sus alas.

Cientos de demonios habían sido liberados en lo que se pensaba era propiedad de Grayson, el líder de una de las dos partes del territorio bajo tierra. El infierno.

Los Aamon's eran criaturas creadas desde las entrañas de los pozos más recónditos y profundos del infierno, donde la luz ya no existía. La piel podrida dejaba un olor que quemaba en el aire, los dedos largos y quebrados con las garras manipulaban con rapidez a los humanos, y su estatura, doble a la de un ángel promedio, causaba problemas a la hora de matarlos. Isaac sabía que esto era la declaración de una guerra, el comienzo de una, porque a lo largo de los años Grayson jamás había mandado a criaturas tan peligrosas y en grandes cantidades. No solía pasar de pequeños demonios o sabandijas vivientes que adoraban el terror y dolor.

Estos eran, en específico complicados por sus formas de cambiar su cuerpo con el de un humano, estaban obsesionados con la jovialidad y la lujuria, así que solo tomaban cuerpos jóvenes.

—No dejes que te muerdan y asegúrate de cortarles la lengua— le aconsejó Josiah a pesar de que sabía de memoria como hacerlo, desde aquella primera vez que mató a uno y este le rozo un colmillo en el brazo y casi muere —no dejes que degusten la sangre, si no la prueban no pueden cambiar de forma, después...

—Garganta y cráneo —dijo Isaac, observando en la carretera como Josiah lideraba a su escuadrón.

—Nos vemos en casa, cuídate Isaac.

Él ángel de alas blancas asintió como única respuesta, antes de observar como Josiah se inclinaba hacía el cielo con un ejército siguiéndolo.

Isaac no lideraba ningún batallón, como Ryker o Josiah, él tenía que seguir al tercero; Lachlan. Un ángel caído que fue aceptado después de ser el causante de ciento cincuenta muertes de ángeles y por la traición de hacía miles de años, cuando Grayson estuvo a punto de tener el poder absoluto del cielo y la tierra.

Su escuadrón estaba formado por Lachlan y cinco ángeles más de alas negras, quienes tuvieron que hacer un juramento de vida y sangre para servir en la legión. Y por órdenes de Ryker, Isaac tenía que seguir a unos malditos traidores.

—Todos se moverán en la misma dirección hasta llegar al sur, una vez allí se dispensarán en sus posiciones y acabarán con los Aamon's—Lachlan los miró con una sonrisa — y traten de que no los maten.

Dicho lo último, desplegó las alas. Isaac fue el segundo en subir a los cielos y prepararse para el combate.

Arriba, la corriente del viento se sentía densa, una pequeña precaución de que más Aamon's acababan de unirse.

El peligro estaba siendo estrecho entre los humanos y aquellas criaturas. Ya habían matado a cinco jóvenes, todos menores a cinco años. Los Aamon's que poseyeron los cuerpos ya habían sido destruidos por Ryker, pero no sabían de más víctimas.

Isaac logró distinguir a varios metros de distancia la armadura de Josiah, él serafín fue el primero en atacar y proteger a su ejército, como buen líder. Los demás lo siguieron, sin cuestionar las habilidades y dones de liderazgo.

Josiah, el hombre que lo preparó en cuerpo y mente a pelear y proteger al resto.

Los ángeles fueron bajando uno a uno, en diferentes puntos, pensados estratégicamente para que los humanos no se percataran de las atrocidades de las que estaban siendo víctimas. Desde lo alto, la ciudad parecía armónica con su típica rutina, coches moviéndose, gente aglomerada en las calles, lo que también significaba que los Aamon's sabían cómo y cuándo atacar.

Las alas de un ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora