C a p í t u l o 1 2

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C A P Í T U L O 1 2

Teeth- 5 Seconds of Summer

—No podemos dejar a Blair aquí —dijo Isaac con voz filosa.

—Decide tú, Blair —propuso Josiah limpiándose la frente llena de sangre. Los dos ángeles de la legión del Serafín se encontraban afuera, esperándolos, listos para pelear.

—Iré con ustedes —añadió sin pensarlo.

Isaac y Josiah se movieron como uno mismo, en sincronía.

—Cierra los ojos cariño—advirtió Josiah cuando Isaac la sostuvo en sus brazos. Blair no preguntó, podía sentir latente la preocupación de los ángeles, así que hizo lo que ordenó. Instantes después sintió un tirón junto con una sensación de fuerza que ya empezaba a serle conocida. Se habían transportado a una parte de la ciudad.

La gente corría en direcciones diferentes, gritando.

—Tranquila —dijo Isaac al escuchar el corazón se Blair.

—Estas personas se están dando cuenta de su existencia —la pelinegra no veía a ningún demonio, pero si a los ángeles en los cielos y en las calles.

—Esto no concierne como problema —explicó rápidamente el ángel—cuando se acabe, los ángeles se encargarán de borrar los recuerdos, para algunos otros solo será un mal sueño que olvidaran con el tiempo y desaparecerá.

Eso era para los que lograran sobrevivir. Si lo hacían.

Una vez consiente de todo lo que estaba pasando se empezaron a dispensar por la ciudad.

Josiah besó en la frente a Blair y miró a Isaac.

—Estaré cubriéndote las espaldas — y luego echó a correr hasta que estuvo en los cielos. Al menos doce ángeles lo siguieron. Todo a una rapidez que fue difícil de procesar ante la visión humana de Blair.

No supo si fue por miedo o por instinto, pero mientras avanzaban por las calles, entrelazó su mano con la de Isaac. Lo miró, su expresión fue de asombro, sin embargo, para un ángel tan capacitado no fue difícil recuperarse después de unos segundos. Le dio un apretón y una mirada cálida.

Isaac la guío hasta el centro de la ciudad. Todas las personas habían sido evacuadas desde que Ryker, minutos atrás hizo temblar la tierra, formando una simulación para que las personas fueran a un lugar seguro.

Blair seguía preocupada por Josiah, en como su rostro manchado de rojo opacaba su belleza. Como si lo hubiera llamado, miró al cielo y percibió que toda la legión del rubio se ponía en posición. Todos armados, y con las alas grises extendidas, fuertes y listas para cuando Josiah diera la orden de aterrizar.

Isaac se mantuvo cerca de Blair en todo momento, observando sus alrededores y colocándose delante de ella. Giró para verla por encima de su hombro y sacó un arma con balas de muerte.

La noche ya empezaba a consumir la luz del día, arrasando con la iluminación y volviendo oscuro y frío el ambiente. A lo lejos, relámpagos hacían eco, previendo una tormenta. Blair se encogió ante la idea de un encuentro sangriento siendo caracterizado por los rayos.

Sería terrorífico.

—Usa esto, quita el seguro —él ángel que ahora tenía las alas blancas en su máximo esplendor le enseñó cómo usar el arma —, después aprieta el gatillo y la bala saldrá. Ten cuidado, bonita. Intenta mantener la espalda recta y separar los pies cuando dispares.

—Pensé que hoy no tendría contacto con ninguna arma —aseguró, aceptando la pistola con manos temblorosas—. No quiero matar a nadie.

—Es por seguridad, estaré aquí. Nadie te tocará.

Las alas de un ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora