C a p í t u l o 1 7

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C A P Í T U L O 1 7

I see you- MISSIO

—¿Tú?

Isaac frunció el ceño.

—¿Yo?

—¿Cómo alguien como tu puede gustar de alguien como yo? Se supone que odias a los humanos.

Él clavó la mirada con más insistencia en Blair.

—No a ti. Probablemente seas a la única humana que no odie.

—Estás bromeando. No puedes desearme.

—¿Por qué no?

—Porque... bueno, ¿Cómo es posible?

—Porque eres la persona más hermosa que he visto, la única que me ha atrapado con su esencia y la única a la que puedo tener cerca sin intentar matarla.

Blair soltó una pequeña risita.

—Me siento halagada de que no me quieras matar.

—Pensé que deberías sentirte halaga por decirte que te deseo.

—El deseo es... bueno, supongo, pero es algo superficial. Nadie me lo había dicho tan directo, pero no creo que sea fácil después de dormir juntos...

—¿A qué te refieres? Ya hemos dormido juntos muchas veces.

—Sabes que no me refería a eso.

—Y tú sabes que estás sacando todo de contexto, Blair, permíteme explicarte.

—Pero dijiste que me deseas.

Isaac decidió acercarse un poco más a la mujer que lo miraba atenta. Su confesión la había dejado anonadada, e intentaba reflexionar acerca de ello.

Blair no era ciega, sabía sobre su propia atracción al ángel, sin embargo, todo ese tiempo se había estado prohibiendo sentir, porque Isaac no era de ese tipo de personas que sienten atracción, o eso creía. Pensaba que todo el afecto que le mostraba se debía a su conexión.

Hubo una pequeña muestra de decepción en los ojos de Isaac al notar la manera superficial en el que ella había tomado la noticia.

Guío su mano hasta el mentón de Blair para hacerla mirarlo. Sus dedos callosos tocaron la piel suave de la mujer, y con voz sedosa dijo:

—Los humanos tienen algo que no me gusta. Todo se construye a través de la atracción, en especial de la lujuria, pero lo que siento por ti no solo me hace desearte de la manera en la que estás pensando, te deseo de todas las formas posibles, deseo conocerte, deseo hablar contigo todos los días, deseo tocarte, deseo explorar tus inquietudes y tus miedos, mi deseo se crea a partir de mi anhelo a toda la extensión de tu persona. Y joder, que la persona que eres me está volviendo loco.

Tras el pulcro silencio de la humana, Isaac retiró el contacto de sus dedos sobre la cálida piel de Blair. Se sintió expuesto, pero nunca tan valiente cómo ahora.

Quedó a la deriva de la respuesta que Blair intentaba formular en los pensamientos ruidosos de su mente.

Ella quiso decirle que no había nada que deseara tanto como a él, pero lo que dijo fue todo lo contrario.

—Tengo miedo...

Isaac se puso recto.

—¿De mí?

—De lo que siento cuando me ves de esa forma.

—¿Por qué?

Blair se levantó de la cama.

Las alas de un ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora