C A P Í T U L O 7
When the party's over- Billie Eilish
El bullicio del aula no podía sacarla de sus pensamientos lúgubres, estaba tan ensimismada acerca del atrevimiento que tuvo Alfred esa misma mañana, antes de entrar a clase, y pedirle que salieran esta noche, esta vez solos, que apenas prestaba atención. Blair quiso rechazarlo cortésmente, aún con el corazón latiéndole fuerte, sabía que, si Alfred tenía algo con Kate, prefería tenerlo lo más lejos posible, no porque quisiera, si no, porque así debía ser. Respetarla a ella, y de paso, protegerse a sí misma, pero al ver la insistencia en los ojos del chico, no pudo hacer más que aceptarlo.
Un trago. En un sitio tranquilo. Sería cómodo para ambos. Eso dijo él.
Blair hizo una mueca y suspiró.
De forma inevitable, regresó a un par de semanas antes, donde aquella cita, le hubiera parecido lo más extraordinario, ahora, seguía sintiendo entusiasmo, y nervios, pero la desilusión de aquella noche, mientras encajaba todas las piezas de su encuentro con Kate, hizo que se mantuviera firme con sus sentimientos.
También pensó en los dos años de ese enamoramiento universitario. Desde el día uno en el que lo miró, se dio cuenta que era el hombre que tanto buscó. Hubo roces, coqueteos, sonrisas, pero nunca más de cinco oraciones completas.
Se quedó mirando a lo lejos, y sus pensamientos cambiaron a la vez que una cabellera rubia y una pelinegra se adueñaban de su mente.
Debía estar preocupada por Josiah e Isaac y su mundo, no por algo tan mundano como una cita, que no era una cita.
¿Por qué enterarse de la presencia de cosas divinas no la alteraba? ¿Por qué no estaba asustada?
La clase terminó, la última que tenía y agradecía. Sabía que por más que lo intentara, no podría concentrarse. No con tanto en lo que pensar.
Tomó sus cosas y se aproximó a la salida de la universidad, distraída, dio un respingo cuando una silueta se interpuso entre el camino y ella. De inmediato pensó en Isaac y esa manera de aparecer sin avisar, pero fue por segunda vez sorprendida al darse cuenta que quien estaba delante de ella era Alfred.
Su pecho empezó a timbrar con fuerza.
—Hola —dijo con una sonrisa nerviosa.
Blair levantó una ceja.
—Hola. De nuevo.
—Sé que tus clases ya terminaron —susurró con casualidad, mirándola fijamente a los ojos. Blair sintió las manos sudorosas y apartó la vista.
—¿Debería preocuparme que sepas mi horario? —preguntó.
Él sonrió.
—Pensaba en irte a dejar a casa. Si me lo permites.
No pudo ocultar la cara de expectación.
—Es muy amable de tu parte, pero no quiero hacerte perder tu tiempo. Te faltan dos clases.
—¿Debería yo preocuparme de que sepas mi horario?
Blair sintió como la sangre le calentó las mejillas.
Alfred sonrió victorioso.
—Si te soy sincero, ahora mismo no quiero hacer nada más que no sea compartir tiempo contigo.
De nuevo ese estruendo latir de su corazón.
Tuvo que carraspear para hacer que las palabras salieran de su boca.
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Las alas de un ángel
FantasyBlair siempre supo que su vida no parecía suya, en el fondo sabía que en la tierra los humanos no eran los que gobernaban el mundo. Isaac, único ángel de alas blancas se encuentra en un dilema al encontrarse a Blair y su poca posibilidad de irrumpi...