Las alas de un ángel

C a p í t u l o 2 3

You're Losing me – Taylor Swift

Había una nueva rutina.

Por órdenes de Josiah, el entrenamiento tendría que cambiar, dado que por alguna razón necesitaba de toda la atención posible para ayudar a controlar los poderes de Isaac, la forma de entrenar sería otra.

La nueva, se basaba en primer lugar en cambiar de compañero de entrenamiento, por lo que Bodhi y Blair ahora eran un equipo, ellos se encargarían de desarrollar la parte física, mientras que Josiah e Isaac la parte mental.

Para Blair no fue ningún inconveniente pasar más tiempo con Bodhi, empezó a quererlo como su amigo. Sobre todo, cuando sintió ese apoyo incondicional en las noches lluviosas en las que Isaac no estaba disponible para estar con ella. Sin dudarlo, Bodhi tomó ese rol. Era cierto que ese miedo iba disminuyendo, pues había cosas más horribles a las que temer. Así que solo se sentaban en armonía, delante de la chimenea, con una taza de té acompañándolos. Esas eran sus noches.

E incluso ya habían compartido momentos secretos, que se resumían en salir al balcón y fumarse un cigarro, a escondidas de Josiah e Isaac.

Esa misma noche Isaac y Josiah acababan de llegar de la ceremonia de los ángeles fallecidos, a Blair le dolió el corazón al ver sus expresiones rotas. Cuando intentó acercarse a Isaac supo que no era el momento indicado, así que se hizo hacía atrás y se quedó en silencio.

No sabía a qué se debía el cambió de Isaac, que horas más tarde, le había confesado lo que él sentía en realidad.

—No necesito de ti, Blair. Estoy bien, puedes dejarme solo.

Y la forma tan fría en la que lo dijo..., casi molesto, provocó que Blair fuera hasta su habitación y no saliera por mucho tiempo.

Él no necesitaba de ella, tanto como ella de él. Fue una realidad cruda que la golpeó de repente.

Más tarde, sentada en la mesa, con los brazos apoyados sintió como una mano cálida le tocó la espalda, al tiempo que la presencia de Josiah se colocaba a un lado.

—Está herido, tal vez no quiera aceptar lo que siente ahora, pero lo hará algún día, y entonces, tendrás que hacer que se arrastre por ti. —Blair lo miró confundida, Josiah tenía una sonrisa malvada, de esas que siempre hacia cuando le divertía ver a Isaac hacer cosas que jamás creyó posibles. Luego, con una expresión se sensatez agregó —. Sabes que no es fácil para nadie tener un protegido, menos para un ser cómo él. Su moral y su naturaleza primitiva toman el control, incluso cuando a veces no quiere actuar, lo hace por impulso, igual que sus pensamientos, pero, debe saber mezclan ambas cosas. Tiene una responsabilidad contigo, así que debe disculparse, y ganarse tu perdón, pero no olvides, que también tiene una responsabilidad con la tierra, y lo que pasó con esos ángeles nos nubló el juicio a todos. Se lo que pasa por su mente, el rencor que tenía por los humanos había desaparecido, porque una de las razones fuiste tú. Supo que no todas las personas eran malas, y después, cuando protegieron a esos humanos cuando ni siquiera fueron la razón, le recordó lo que es la especie. No tiene sentido, lo sé, pero créeme que para él ahora tiene todo el sentido del mundo. Cuando razone, se dará cuenta de su error.

Y por supuesto que Blair comprendió todas sus razones, pero eso no significó que el dolor disminuyera.

Desde que Isaac se enteró de esas muertes, se volvió un tanto solitario, y ella le dio su tiempo de reflexionar, pensar y despejar su mente.

Unió sus manos por encima de la mesa, y le regaló a Josiah una sonrisa suave.

—Gracias.

Él Serafín asintió, estuvieron juntos hasta que escucharon el ruido de la puerta abrirse. Era Bodhi.