Heridas del pasado

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Narrador: Bryn


Estábamos a 13 de noviembre. Habían pasado unos días desde que me encontró la policía.

Estes días habían sido agotadores, solamente estaba triste. Carla había intentado de todo para poder animarme, pero nada funcionaba.

En verdad le estoy agradecida, a pesar de que yo no mostrase ningún signo de mejoría ella no se rendía.

Por un momento recordé por qué me había hecho su amiga. Ella fue la primera en hablarme en la universidad, y desde aquel día hicimos muy buenas migas.

Era por la tarde, mi madre me había escrito diciéndome que quería hablar conmigo en persona.

Sabía que sería algo malo, mi madre no me pediría quedar en persona para darme buenas noticias nunca.

Salí de casa, aterrada. Tenía el presentimiento de que ella estaba buscando múltiples maneras de controlarme, como si fuera su marioneta.

Después de unos minutos llegué a la casa de mis padres. Mi madre me abrió la puerta, seria.

Hicimos contacto visual unos segundos y luego me invitó a pasar.

Nos dirigimos a la sala de estar y nos sentamos en unos sillones que había por ahí.

El ambiente estaba muy tenso. El no saber qué me iba a decir me comía por dentro.

Después de unos minutos en silencio, de dirigió a mí y habló.

—Tenemos que hablar seriamente, Bryn.

Intenté mirarla a los ojos, pero daban miedo. Estaba tan seria que parecía que iba a saltar sobre mí en cualquier momento, como un tigre a punto de devorar a su presa.

—¿Qué es lo que pasa? —le pregunté.

—Debido a que has desaparecido durante un mes y medio. No has podido asistir a las clases de la universidad. Tu padre y yo estamos preocupados. Si sigues faltando a la universidad no podrás terminar la carrera, así que me gustaría que volvieras cuanto antes.

Me quedé de piedra. ¿Lo único que le importaba ahora era la universidad?

Parece que no se preocupaba por mí en lo absoluto. Solo en que yo obtuviese el título de medicina.

Empecé a sentirme decepcionada con mi madre. Lo que me había dicho era una prueba clara de que no se preocupaba por mí en lo absoluto. Solo en mi título de medicina para tener un "buen futuro" según ella.

—Mamá, ¿de verdad me estás pidiendo que vuelva a la universidad después de todo lo que me ha pasado? —le pregunté, intentando hacerla entrar en razón.

—Sé que lo que has pasado no ha sido fácil, cielo. Pero piensa lo orgulloso que estaría tu hermano de verte con una carrera. La que él no pudo acabar.

Estaba intentando que volviese a la universidad manipulandome, mencionando a Nico.

Por primera vez en mi vida, sentí la necesidad de contestarle. De no callarme.

—Mamá, no me parece bien que menciones a Nico solo para que vuelva a la universidad.

Ella se levantó y se acercó a mí, agarrándome la mano.

Cegada por el amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora