Un reencuentro familiar

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Narrador: Bryn


Horas más tarde, me encontraba en mi cama, leyendo un libro.

Era de noche prácticamente, las 10 de la noche.

Estaba concentrada en mi libro, hasta que un ruido me interrumpió.

Era el ruido del timbre. A estas horas no sabría quién podría ser.

Cuando abrí, vi que eran Carla, Jenny y Noa.

Las 3 entraron en mi casa justo en el momento en el que les abrí la puerta.

Se dirigieron a mi habitación y las seguí.

Todas parecían emocionadas, aunque Carla no mostraba tanta ilusión.

—¿Ha pasado algo de lo que tenga que enterarme? —pregunté.

Noa fue la primera en hablar.

—Bueno, nos ha costado convencer a Carla, pero seguro que merece la pena. ¿Quieres venir a la discoteca con nosotras?

Me quedé mirándolas fijamente.

—A Noa se le ha olvidado mencionar que esta vez no te perderemos de vista. Y que estaremos contigo en todo momento —añadió Carla.

—Bueno, ¿te apuntas? —me preguntó Jenny.

No sabía por qué, pero tenía ganas de decirles que sí. Supongo que es porque, el ir a la discoteca me recordaba a aquel día.

No debería emocionarme o hacerme ilusiones con que me iba a pasar lo mismo otra vez, pero no podía evitarlo.

—Vale, vamos —acepté.

—Por fin te dignas a tener la vida de una chica normal. Pensé que esa Bryn enrollada no volvería nunca —comentó Noa, emocionada.

La verdad, yo tampoco pensé que volvería a ser así nunca. Solo me pude permitir ser así cuando mi hermano estaba aquí y me ayudaba a ocultarle cosas a mis padres.

—Bueno, ¿y cuando vamos? ¿Qué me pongo?

—Por eso no te preocupes, Jenny y Noa se irán para arreglarse y yo me quedaré aquí para ayudarte a elegir la ropa —me respondió Carla.

—Parece que nos quieras echar —rio Jenny.

—No es eso, pero vosotras dos siempre tardáis mucho en arreglaros. Bryn y yo somos las rápidas. Nos da tiempo de sobra para elegirle la ropa a ella y para que yo vaya a mi casa a arreglarme. Todo antes de que hayáis vuelto vosotras.

—Sí, lo que quieras —dirigió su mirada a Noa—. ¿Vamos, Noa?

—Sí, vamos, a ver si volvemos antes que Carla.

Ambas salieron de mi habitación y a los pocos segundos ya habían salido de mi casa.

—Bueno, vamos a elegirte la ropa. Abre el armario a ver qué tienes por ahí.

Me dirigí a mi armario y lo abrí. Eché un vistazo rápido para ver qué podía ponerme, pero no se me ocurría nada, combinar ropa no era lo mío.

Carla se levantó, decidida a ayudarme. Pero justo cuando empezó a caminar hacia mí, se detuvo.

Estaban llamando a la puerta otra vez.

—Ya abro yo, tú sigue buscando ropa —me dijo mientras se dirigía a abrir la puerta.

Me parecía imposible que fuesen Jenny y Noa, ya que se acababan de ir.

Tampoco pensé que fuera Yared, ya habíamos pasado tiempo juntos antes y además le dejé claro que no quería nada con él.

Cegada por el amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora