Maratón 1/?
Voy tarde a la mansión de Francesco y eso me importa una mierda. Tuve que resolver el nuevo ataque que sufrieron mis hombres en uno de mis casinos —Davide atacó y los daños fueron menores a los que yo hice en su ciudad—, gracias a los cielos ninguno de mis hombres murió y los daños fueron leves, pero tuve que hacer que reforzarán más la seguridad y me asegure de que mañana regresare a la ciudad.
—¡fui! —silba Tomasso cuando ingresamos a la parcela donde se encuentra la mansión de Francesco—. El hombre sí que sabe en qué invertir su dinero.
—No esperaba menos —menciono.
El auto se detiene frente a unas enormes puertas de madera. Bajamos del auto y revisamos nuestro alrededor como de costumbre, cuando no vemos señal de peligro avanzamos hacia las puertas de la casa.
Un hombre de aproximadamente setenta años abre la puerta y nos saluda como si nos conociéramos de años.
—El señor los espera en su oficina —menciona.
Espero que Francesco no me haga perder el tiempo porque de ser así lo mataré en su propia casa.
—Hay una fiesta —menciona Tomasso mirando a mi lado derecho.
Un gran salón se ve a la distancia y tal como lo dijo Tomasso, parece que celebran algo por la cantidad de gente que se ve en el salón. Mi mirada se dirige a un trasero envuelto en un corto vestido plateado y esa figura se me hace conocida, pero la ignoro porque el hombre que nos recibió nos llama.
Cuando entramos a la oficina nos recibe Francesco junto al rebelde de su hijo, Alonzo y otro tipo que no había visto nunca.
—Bienvenidos —menciona Francesco con una sonrisa tirando de sus labios.
—¿Qué negocios tienes para mí? —ni siquiera me tomo el tiempo de sentarme, quiero hacer las cosas rápidas y durar menos tiempo aquí.
—Me enteré de que hace unos meses estuviste en uno de los bares de Alonzo tomo asiento en el puesto que este me señala.
Miro al mencionado y no hay ninguna expresión en su rostro. No sabía que aquel bar era de Alonzo.
—¿Y eso que tiene que ver con el contrato que supuestamente tenías para mí? —pregunto con mi paciencia llegando a mí límite.
—Te llamó la atención una mujer que había en aquel bar y alguien me comentó que le has estado buscando.
Miro a Tomasso y este niega de inmediato. Aunque él no haya dado esa información, lo hizo uno de los hombres que contrató para encontrar a mi fantasma.
—Eso no tiene nada que ver contigo —espeto—. Si eso es todo—intento ponerme de pie, pero la voz de Francesco me detiene.
—Unamos nuestras ciudades y negocios —propone.
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El Contrato. © [EN PROCESO]
RomanceTercer libro de la serie amores de la mafia [EN PROCESO] Crecer como la hija de uno de los capos de Italia solo tiene una ventaja -tener un matrimonio asegurado-, y para mí no es una ventaja porque tener matrimonios concertados solo te convierte en...