☠|CAPÍTULO ONCE

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Maratón 4/4


Estoy en la mansión de mis padres para poder compartir la información de la boda que se aproxima, aún no estoy seguro de cómo lo voy a decir, ya que mi madre posiblemente entre en crisis

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Estoy en la mansión de mis padres para poder compartir la información de la boda que se aproxima, aún no estoy seguro de cómo lo voy a decir, ya que mi madre posiblemente entre en crisis.

—Me sorprende que mi hijo nos esté visitando por tercera vez en el mes —bromea mi madre.

—Aprovecho que tengo tiempo libre y que los negocios van bien —mentiras disfrazadas con verdades.

—Al parecer está escuchando mis recomendaciones —habla papá mientras toma asiento.

Estamos sentados en la sala, papá y yo disfrutamos de nuestro coñac y mamá de uno de sus té.

—También vine porque quiero comunicar algo.

—Sabía que tanta visita era por algo.

—Hace un mes me comprometí.

Mi madre deja su taza en el aire al igual que papá lo hace con su bebida. Ambos me miran mientras un silencio invade el lugar.

—¿Con Elettra?

—No, saben que la relación entre Elettra y yo es netamente profesional.

—Nunca te hemos visto con una mujer, no me digas que...

Frunzo el ceño al escuchar las palabras de mi madre, ¿está insinuando que me gustan los hombres?

—Sabes que te apoyo en todo, pero si los otros capos descubren esto, podrían quitarte el puesto.

—No me gustan los hombres —lo aclaro, no quiero que sus pensamientos sigan avanzando.

—Oh, lo siento —se disculpa mi madre—. ¿Quién es la mujer?

—Me casaré con Viviana Genovese.

Ahora es mi padre quien frunce su ceño y evidencio que no le ha gustado la noticia.

—¿Es familiar de Francesco?

—Una de sus hijas.

—¿Por qué te estás casando con ella?

—Una alianza entre ambos territorios.

—¿Matrimonio concertado? Pobre mujer —rechista mi madre—. Juraste nunca obligar a nadie a algo así.

—Ambos estamos de acuerdo, entonces no la estoy obligando.

—Su padre lo está haciendo, estoy seguro.

Se podría decir que sí, pero si la mujer no se casa conmigo seguramente Francesco se la ofrezca a otra persona y es algo que no estoy considerando, ni siquiera puedo imaginar a mi pequeña en brazos o la cama de otro hombre.

—Esto no me gusta, si no se aman van a sufrir.

Mi madre se pone de pie y camina hacia las puertas que dividen la sala de la cocina.

El Contrato. © [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora