Said estaciona su precioso auto frente a la casa de su hermano.
En todo el camino hemos cruzado algunas palabras como dos viejos amigos que luego de muchos años se han reencontrado. Le he preguntado más sobre su terapia y ha respondido con entusiasmo a cada una de mis preguntas. Dice que el manejo de su ira ha ido mejorando en los últimos meses, pese a que la pérdida de su segunda esposa fue algo que lo tomo por sorpresa. También comenta, que Khadija y el viven muy bien desde que, aconsejado por el psicólogo, compró una casa para sus esposas a las afueras de la ciudad, antes de que su segunda esposa muriera, el ver, ahora a Rania solo unas veces por semana, es mejor que estar con ella y que cada día viva reclamándole el oro que le da a nuestra hija.
Sé que Rania no quiere a mi hija. Siempre lo demostró, sé también que Said nunca dejaría que Rania intentara algo contra Khadija por eso la mantiene lejos. Desde el día que nació, Said solo tiene ojos para su hija. Siempre decía que su hija era mejor que diez hijos varones, muy preciados en la cultura árabe. Y aunque ahora tiene un hijo, el amor por nuestra hija no ha disminuido, es más, cada día parece crecer más.
Said también habla sobre su hijo, que cada día crece más y que lo ama.
Sonrió nostálgica, yo pude haberle dado ese hijo hace algunos años cuando aún estábamos casados, solo que no quise, pues seguí cuidándome luego del parto de Khadija. En aquel tiempo, no quería tener más ataduras a Said, además sabía que mis hijos nunca serian para mí. Luego de casi perder a mi hija en un vano intento de fugarme, juré que no volvería a tener más hijos. No cuando algún mal movimiento iba a terminar quitándomelos.
Said abre mi puerta y me ayuda a salir del auto. Siempre ha sido un hombre caballeroso.
Pone su mano en mi espalda y me acompaña hasta la puerta.
Tocamos y es Latiffa quien nos abre.
─ ¡Jade! – chilla mi prima dándome un beso en la mejilla.
Said se separa de mí y saluda a su hermano.
─ Hace tanto tiempo no vienes a visitarme – dice Latiffa. – Incluso iba a ir a reclamarle a tu marido que no te dejara salir.
El comentario pone pesada la atmosfera. Said voltea la mirada y se acerca a Khadija quien lo abraza. Lo observo y es como si abrazando a mi hija quisiera ponerse a salvo.
─ He estado ocupada últimamente – respondo.
─ ¿Y Lucas? – pregunta Mohamed, pese a que ambos me han visto entrar con Said.
─ Lucas se fue a Sao Paulo – comunico – Estará allá por un mes. Su hija no está bien y la está viendo un médico en esa ciudad.
─ ¿Qué pasa con Mel? – pregunta mi hija. En las pocas veces que ha ido con nosotros a la casa de los Ferraz ha tenido una que otra charla con la hija de Lucas, todas cordiales y de sumo respeto, pues a final de cuentas ambas no son de la misma generación y menos de las mismas costumbres.
De todas formas, noto un tono preocupado en su voz.
─ Tuvo un accidente y entro en crisis – solo eso digo. Latiffa es la única que sabe de mi familia los problemas con las drogas de la hija de Lucas. Si mi tío Ali lo supiera nunca me hubiera dejado casarme con Lucas.
En aquel momento de mi vida pinte a Lucas como una víctima del destino. Solo para casarme seguí diciendo verdades a medias.
─ Esperamos que se recupere pronto – comunica, Mohamed. Aunque él siempre se ha tratado de mantener alejado de las críticas a mi matrimonio, he venido un par de veces a visitar a Latiffa con Lucas.
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Una última oportunidad
FanfictionLuego del tan ansiado final feliz que siempre persiguió, Jade se casó con Lucas, su primer y único amor. El matrimonio parecía de cuento de hadas los primeros meses, pero.. ¿Qué pasa cuando el amor no se alimenta? ¿Qué pasa cuando la pasión se agota...