Comienzo

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Las ganas de marcar el teléfono y decirle a Said, lo que pasó y que venga por nosotros, se baraja en mi cabeza mientras vuelvo a dar de lactar a mi bebé, pero sé cómo es Said y sé que sería capaz de matar a Lucas. Sé que Said haría todo por mí, pero tampoco quiero perjudicarlo como ya he hecho antes. Es mejor, hacer las cosas con calma, mañana será un nuevo día, he tenido suficientes emociones por el día de hoy. 

Solo por cautela, arrastro un mueble a la puerta de mi habitación, luego avanzo a mi bebé y vuelvo a quedarme dormida.

Son las siete de la mañana cuando despierto. Lucas, no volvió, afortunadamente.

Toco mi nariz y aun duele.

La llamada de mi hija diciéndome que va a venir me ha despertado, pero, por el contrario, no quiero que venga, yo necesito salir y le confirmo que iré a la casa de su padre con su hermano. En este cuarto guardo alguna de las vestimentas que no uso así que me es fácil asearme y cambiarme de ropa.

Abro la puerta con cautela, luego de quitar el mueble que puse y bajo a la sala. Abajo, vestido formalmente, se encuentra Lucas con un ramo enorme de rosas. El sentimiento de miedo aparece acompañado del recuerdo del golpe que me dio en la mañana.

─ Jade... ─ dice con una mirada de arrepentimiento – Perdóname, yo no sé qué me pasó.

Yo lo miro con un odio que nunca creí poder dirigirle.

─ No necesito tus disculpas – hablo.

Lucas me extiende las rosas y yo lo miro disgustada sin recibirle nada.

─ Quiero que sepas que eres lo más importante en mi vida – suplica – Perdóname, Jade. Es solo que he estado con muchos problemas últimamente.

La vida de Lucas siempre gira en torno a sus dificultades, de igual manera, no es causa para que me haya golpeado.

─ Quiero el divorcio ─ sentencio y Lucas abre los ojos, sorprendido.

─ No creo que sea necesario. Jade hemos luchado tanto para estar juntos. Yo te amo.

No lo demuestras.

─ Dame el divorcio, Lucas – comunico – Pensaba esperar un tiempo, reflexionar, pero lo que pasó ayer me ha hecho tener más convicción en mi decisión. Siempre me dejaste de lado cuando más te necesité, incluso en el embarazo y el parto. No necesito en mi vida a personas que solo resten mi paz mental.

Lucas, mira incrédulo cada palabra que sale de mi boca. Luego, su mirada se dirige al bebé que cargo en mis brazos.

─ ¿Y qué pasará con nuestro hijo? – pregunta Lucas.

Una sonrisa amarga surca mi rostro.

─ No deberías de preocuparte. No tendrías por qué hacerlo.

Lucas me mira intrigado en mi última frase.

─ ¿Por qué lo dices?

Sé que me acerco a la deshonra si digo esto en voz alta, pero necesito dejarle claro a Lucas que lo único que nos une fue aquel amor de adolescencia que se ha extinguido, pronto solo seremos el recuerdo de algo que fue y se desmoronó.

─ Este bebé, no es tuyo.

...

El taxi llega hasta la casa de Said en poco tiempo. No he sacado nada de la casa de mi ahora ex marido más que lo que llevo puesto y mi bebé. Lucas se quedó en shock luego de mi frase y aproveché eso ultimo para poder salir de esa casa donde he vivido casi dos años de mi vida. Lo dejé sin palabras. Y aunque pude notar el dolor en sus ojos, el dolor de mi nariz, me hace recordar que estoy haciendo las cosas de manera correcta. Ya no amo a Lucas y no creo que exista algo que me haga cambiar de parecer.

Una última oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora