Una última oportunidad

Propuesta

Son un poco más de las nueve de la noche, cuando paso a acostarme junto con mi bebé quien no ha tardado en dormirse. Said, por negocios no ha estado casi todo el día en la casa y aunque me ha llamado más de una vez preguntando si necesito algo para mí o el bebé, es la hora que aún no llega.

Estoy a punto de dormirme cuando escucho la puerta abrirse.

La figura de Said aparece.

─ Jade... ─ susurra Said. Yo le hago una señal para que entre en silencio para que no despierte al bebé.

Said se acerca a mí con cautela y se sienta a un lado de la cama. Me incorporo lentamente.

─ Te estuve esperando todo el día. – comento.

Said me mira con el amor impreso en sus ojos.

─ Yo estuve esperando todo el día para volver a verte, Jade.

Sus palabras aceleran mi corazón. Es sincero y el brillo en sus ojos verdes, no mienten. Sonrío mientras admiro lo bello que es. Mis ojos van a sus labios y me acerco a darle un beso que él no tarda en corresponder.

Siento que cada vez que nos besamos nos conectamos más.

¿Cómo no pude enamorarme de este hombre antes?

Said corta el beso en un afán de continuar la plática conmigo.

─ Te amo, Said – confieso. – Te amo tanto. Te amo con una intensidad que nunca sentí antes.

Said dibuja una sonrisa en su rostro y agarra mi mejilla. Una de las empleadas ha traído una pomada en la tarde y el golpe que me propinó Lucas se ha desinflamado casi por completo. Él me mira con un amor y una ternura que me dan una seguridad inmensa a su lado.

─ No sabes cuan feliz me hace que lo digas ─ dice Said y lleva mi mano a su corazón que late tan rápido como el mío. – porque este corazón siempre te perteneció, Jade. Nunca nadie entró tan profundo en él como tú.

─ Ahora solo veo un futuro a tu lado ─ comunico.

─ Quiero que nos volvamos a casar, Jade. ─ dicta, Said – Quiero que empecemos de nuevo. Ahora ya no tengo las dudas que durante veinte años me atormentaron, sé que, si nos hundimos, será juntos. Yo te bajaría la luna si me lo pidieras, saltaría cualquier abismo si es para que estés conmigo.

Las palabras de Said solo me hacen entender que siempre fue él, siempre fue el destino que me había trazado que esté a su lado. Antes volvía con Said porque sentía que Lucas me había abandonado y él era mi lugar seguro. Hoy deje a Lucas porque Said es el hombre con el que quiero envejecer.

Dicen que no amas de la misma forma dos veces y hoy lo entiendo. Con Lucas era el fuego que nunca pudo ser fuerte por la separación de mi religión y de su cobardía, él era el ansia de libertad que siempre quise, pero cuando la probé, entendí que todo ya lo tenía y que Lucas solo era un escape a poder decidir sobre mi vida. Era un amor inmaduro de adolescencia.

Said saca una cajita de su costoso terno.

─ No es como me hubiera imaginado que sería, porque esperaba hacerlo en un lugar mucho más romántico – dice y abre la caja que ha traído mirándome con esos ojos verdes llenos de amor. Hay un hermoso anillo de oro blanco con un jade incrustado y pequeños diamantes a los costados ─ ¿Te volverías a casar conmigo? – pide y siento como se me calientan las mejillas ─ Esta vez, prometo que no te detendré a hacer lo que quieras. Antes mis inseguridades hicieron que me volviera alguien que nunca quise ser contigo, pero si me aceptas, no pararé de hacerte feliz hasta el día en que muera.

─ Acepto ─ afirmo sin dudar, ni titubear.

Mi historia con Said ha iniciado y no habrá abismo mientras lo saltemos juntos.