Confesión

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Han pasado tres días desde que nació mi hijo.

Latiffa y Mohamed acaban de llegar a visitarme. Latiffa, me ha traído unos hermosos ajuares para mi bebé.

Mohamed, luego de acercarse y ver a mi hijo, ha bajado a ver a mi tío. Él, evita hablarme la mayor parte del tiempo y no lo culpo, yo maltraté demasiado a su hermano en el pasado y hay cierto resentimiento por mí. Solo Latiffa y mi hija me acompañan.

Lucas me llamó el día en que mi hijo nació solo para excusarse que no había encontrado vuelo y que tenía algunos pendientes que resolver. Con la certeza que tengo ahora, tampoco es que me importa si está o no presente, aunque claro no quiero levantar sospechas, Zoraide y mi tío, no ven con buenos ojos el comportamiento de Lucas quien alguna vez decía amarme tanto.

─ Tu hijo es hermoso – dice Latiffa cargando a mi retoño. – Tiene unos ojos muy expresivos – comenta.

─ Mi hermano es un niño muy bonito ─ confirma mi hija a mi costado.

Khadija ha estado quedándose estos días en casa del tío Ali. Ella, quiere ver a todas horas a su hermano, está encantada con él.

Si supiera que no son medios hermanos.

─ Tú hermano y tú son lo más bello que me ha pasado en la vida ─ respondo a mi hija. Ella sonríe y agarra la manito blanca de mi hijo, hace que su hermano apriete su dedo índice.

─ ¿Y Lucas? – pregunta mi prima – Debe de estar loco por su hijo.

─ Lucas no ha podido venir – dice mi hija. Su mirada es dura. Creo que la indiferencia de mi esposo ha terminado por consolidar la percepción de mi hija y no la culpo, Khadija es una niña muy lista.

─ Tiene unos problemas – comento.

Khadija se excusa que tiene que ir al baño.

─ Siempre dejándote sola, Jade ─ comenta mi prima.

Por mis labios se surca una sonrisa amarga que trato de disimular. El tiempo de nuestro matrimonio solo ha reafirmado que Lucas siempre antepondrá a todos sobre mí. Y aunque sé que este bebé no es suyo, tengo el resentimiento de haber desperdiciado tantos años de mi vida en búsqueda de una ilusión. Si este hijo hubiera nacido en mi matrimonio con Said. Said no se despegaría ni un segundo de mi lado.

Aún recuerdo las noches donde él se quedaba en vela cuidando a nuestra hija, pues pese a que había una nodriza, él amaba pasar el mayor tiempo con ella. Si no fuera el haram más grande que hemos cometido, él estaría conmigo. De todas formas, ayer envió un regalo con mi hija. Un ajuar precioso que parece ser hecho para un príncipe.

─ Él es así – comento – Con el tiempo he ido viendo a la persona que es.

Un cobarde y egoísta que todo el tiempo se pone como víctima del destino.

─ Hablas como si la ilusión se te hubiera ido.

Miro a Latiffa. Ella es mi amiga y siento que es a la única que le puedo confesar la verdad, pese a que he tenido muchas oportunidades de decirle y no se lo he contado. Ahora, el arrepentimiento de haberme puesto en esta situación, me hace trastabillar la idea de contarle a alguien lo que guardo desde hace varios meses.

─ Ya no amo a Lucas – confieso a Latiffa y una lágrima se desliza por mi mejilla.

─ Jade...─ dice mi prima y trata de abrazarme sosteniendo al bebé. – Ya lo sabía. ─ susurra contra mi oído.

─ Es tan difícil decir esto...

Abrazo a Latiffa como si estuviera a punto de hundirme en la oscuridad.

Una última oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora