Sucesos

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Khadija me mira disgustada y en silencio pese a que he tratado de todas las maneras posibles hablar con ella. Latiffa ha llegado hace una media hora y espera conmigo que me pasen a sacar la ecografía para ver el estado y el tiempo que tengo de embarazo. En cuanto llega el ecógrafo, Latiffa inicia una conversación conmigo, ella, se alegra de mi embarazo. Para ella, un hijo es una bendición de Allah, pero en estas circunstancias donde ni yo misma sé que es lo que quiero, no lo esperaba.

La encargada del ecógrafo aparece mientras Latiffa comenta que a ella le gustaría tener un tercer bebé.

La médica que se encargará de medir el feto nos saluda y supongo se admira de nuestra peculiar apariencia.

─ A ver, veremos tu tiempo de gestación ─ comenta la médica e introduce el ecógrafo. ─ Se ve que será un bebé muy saludable. ─ Pone en pantalla y agudiza los latidos.

Veo como mi niña, se acerca a nosotros. Parece que el latido del corazón de su hermana o hermano ha llamado su atención. La doctora empieza a medir a mi bebé a través de la pantalla.

─ Tienes cuatro semanas de gestación ─ dice la doctora. – El bebé, está perfecto.

¿Cuatro semanas?

Es casi imposible lo que pienso.

Este bebé puede que no sea de Lucas.

─ Lucas se alegrará mucho ─ dice Latiffa – Allah, te ha bendecido mucho Jade.

Si Latiffa supiera que hay veces, muchas veces que Lucas está presente y ausente a la vez. Hay tantas cosas que quisiera contarle, porque la siento como una hermana, pero no puedo.

─ ¿Ya me puedo retirar? – pregunto. La doctora afirma.

─ Solo te recetaré unas vitaminas y un plan para tu control de embarazo. Pero por lo demás puedes irte, tengo entendido que la cuenta de la clínica, incluido las medicinas, está saldada.

Said no ha dejado de ser el gran hombre que siempre ha sido.

─ Ommi ¿Me seguirás queriendo luego de que el bebé nazca? – pregunta, Khadija.

Yo la miro y siento que se me corta el habla.

─ Acércate Khadija - la llamo porque ha permanecido a una cierta distancia de nosotros. Ella obedece y se pone a mi costado derecho, muy cerca de mí, tomo las manos de mi hija y le digo mirándole a los ojos.

─ Tú nunca dejarás de ser mi princesita.

Khadija me mira y una de sus dulces sonrisas se amplía en su delicado rostro, ella me abraza y siento que el shock inicial se le ha pasado. Nunca dejaría a mi hija de lado por mi nuevo bebé. Khadija es mi adoración, ella es mi primogénita y hasta ahora lo único que he temido perder en la vida.

La doctora se retira mientras Latiffa, me ayuda a vestirme. En cuanto estoy lista, salimos del hospital.

Hoy se escribe un nuevo capítulo en mi vida.

...

Mi vientre está enorme y siento que, con el paso de los días, pronto tendré a mi bebé en mis brazos. Luego de decirle a Lucas que estaba embarazada, conversé con él por horas y noté que la emoción que yo creía sentiría por mi embarazo, era echada a un lado por el problema de su hija. Mel, aunque con mucha ayuda psicológica ha terminado flaqueando y oficialmente ha tenido una recaída en las drogas.

Lucas, no tuvo problemas en que viajara a Marruecos a pasar mi embarazo con la ayuda de Zoraide. Sé que lo mejor hubiera sido quedarme en Brasil, pero la nostalgia de mi primer embarazo y la protección que necesito en mi vida viene acompañada de las figuras paternales de Zoraide y el Tío Ali, en Brasil, estaría sola la mayor parte del tiempo y aunque, Latiffa nunca dudaría en ayudarme, ella tiene que atender a su familia. Por otro lado, Lucas entre sus negocios y su hija, no tiene tiempo de nada.

Una última oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora