Camino de un lado a otro, nerviosa. Khadija juega con su hermano con un juguete Montessori que tiene cintas de varios colores. Lo compró ella hace unos días junto con un libro de crianza bajo el mismo método. Khadija ha querido involucrarse mucho en la crianza de su hermano. La conexión que los une parece inquebrantable. Mi hija en poco tiempo ha llegado a amar a su hermano con todo su corazón. Said por su lado está leyendo el periódico con las últimas actualizaciones de las noticias de Brasil. Por la tensión en su mandíbula y sus miradas repentinas a su reloj, sé que al igual que yo, está impaciente.
El sonido del timbre de la puerta me hace quitarles la vista a mis hijos. Parece que ya llegaron y temo lo que vaya a suceder hoy.
El tío Ali aparece junto con Zoraide. La criada, los hace pasar y Said, se levanta a recibirlos. Hemos, en primer lugar, decidido hablar con mi tío, porque el tío de Said es una persona muy complicada. Además, depende de la decisión de mi tío lo que pase conmigo.
Said, saluda a mi tío y se dan dos besos en la cara como es la costumbre. Zoraide llega a mi lado rápidamente con una sonrisa.
– Traje cuernos de gacela para mi pequeña Khadija, ─ dice y luego me mira. – No pensaba encontrarte aquí, Jade. – Su mirada se dirige a mi bebé que está en brazos de mi hija. – Habib, ha crecido bastante. – Comenta.
– Necesitamos hablar, Zoraide. – respondo porque es Said quien va a conversar con mi tío y lidiar con esta situación. – Vamos a mi habitación. – Dirijo mi mirada a mi hija ─ ¿Puedes seguir cuidando de tu hermano, Khadija?
Khadija responde con una sonrisa que sí.
¿Cuantos abismos yo salté por ti Jade?
El recuerdo de las palabras de Said, llegan a mí con el recuerdo de lo patética que me vi en aquella escena donde él siempre me dijo la verdad. Lucas me abandonó tantas veces y yo siempre tuve que tirar todo por él. Ahora que la venda del amor no me ciega, solo puedo ver a la persona que era.
Zoraide me sigue mientras me dirijo a mi habitación. Al llegar, me siento en la cama y doy a Zoraide la silla de mi tocador.
– Ay Zoraide necesitaba tanto hablar contigo. – hablo y siento que la voz se me va a quebrar. Zoraide es como mi madre. Ella me conoce y sabe muchas cosas de mí, incluyendo mis patinadas del pasado.
– Puedo imaginar lo que ha pasado. – Comenta, Zoraide. ─ ¿Por qué sigues haciendo sufrir a Said con esperanzas donde no las hay, Jade?
Zoraide me mira con una mirada fría. En el pasado, cada vez que Lucas me abandonaba corría tras de Said, porque a pesar de todo, él no perdía las esperanzas de que yo lo amase. Él no temía a jugárselas por mí, aunque lo lastimara luego para seguir corriendo tras una ilusión.
– No es cierto, lo que piensas Zoraide. En estos momentos de mi vida, lo que menos quiero es ver sufrir a Said. – la mandíbula me tiembla y empiezo a sentir como una lagrima rueda por mi mejilla, fui cruel en el pasado, con Said, pero no pienso serlo nunca más, ─ Yo amo a Said, Zoraide. Lo amo de una manera que nunca he amado, este amor, me da la tranquilidad que nunca he sentido por nadie. – Confieso y la expresión en el rostro de Zoraide cambia totalmente.
Ella parece que se ha convencido con mis palabras.
– Jade...─ Zoraide me da un abrazo como siempre lo ha hecho. Ella es como mi madre, siempre he podido liberarme con ella. ─ ¿Cómo pasó esto?
– Habib, es hijo de Said. – empiezo y confieso con las palabras muy similares que usé con Ivette. – Fue meses después de que me casé con Lucas que entendí que en aquella relación quien daba más y perdió más, era yo. Que Lucas no se esforzaba por tener mi amor, porque ya lo sentía seguro y cuando la pasión se volvió rutina ya no era lo único que podía mantener nuestro matrimonio. El velo de mi amor por Lucas cayó gradualmente, entonces, solo entonces, pude ver al maravilloso hombre que durante veinte años me amó con locura y creía había perdido. Las pequeñas miradas mías hacia él llegaron gradualmente, entonces vi el maravilloso padre que era, la persona grandiosa que era y aunque siempre supe lo extremadamente guapo que es, empecé a apreciar aún más su mirada, su risa, su voz, todo de él entro en mi cabeza como pensamiento constante, luego por azares del destino, terminamos una noche juntos y Habib fue concebido. Said me ama y su amor por mí es tan grande que se sigue arriesgando por mí.
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Una última oportunidad
FanfictionLuego del tan ansiado final feliz que siempre persiguió, Jade se casó con Lucas, su primer y único amor. El matrimonio parecía de cuento de hadas los primeros meses, pero.. ¿Qué pasa cuando el amor no se alimenta? ¿Qué pasa cuando la pasión se agota...