Bitter & Sweet (Verkwan)

16. ¿Conoces alguna manera de salir de aquí?

Como no podía ser de otra forma, Vernon soñó con vampiros.

Fue algo raro, porque estaba en la cafetería y había una fila de clientes, vampiros, todos los vampiros famosos de libros o películas que recordaba, todos esperando su café y él tenía que atenderlos a todos, mientras el tiempo avanzaba y si no alcanzaba, no sería bueno para él.

—¿Conoces alguna manera de salir de aquí? —Le preguntó a Joshua, que apareció al final, pero no respondió, solo le sonrió y ahí despertó.

—¿Qué haces tan temprano un lunes? —Hoshi estaba preparándose para ir a la universidad— ¿Estás bien? Parece que tuviste una pesadilla o algo.

—Algo así —Vernon se sentó en el sofá, intentando quitarse el recuerdo de aquel sueño, pero podía recordar la fila de colmillos sedientos, donde al final estaban Boo y Joshua, aunque jamás les había visto los colmillos.

—Andas raro —Hoshi se quedó observándolo.

—Igual que siempre.

—Yo diría que un poco más —Se acercó un poco—. ¿Seguro que no necesitas hablar? ¿Es algún problema en el trabajo?

—Creo que es porque he dormido mal —Mintió, últimamente lo hacía más de lo normal—. Voy a ver si puedo dormir un poco más antes de ir a trabajar.

No lo hizo, en cambio, como algo que rara vez hacía, se puso a ordenar. Necesitaba ocuparse en algo y no pensar que en unas horas vería a Joshua, su jefe que era un vampiro y actuar como si nada. Seungkwan le había dicho que no podía decirle nada, que estaba prohibido, él al ser humano no tendría que saber el secreto. Vernon no quería que le pasara algo malo a Boo por su culpa.

Aunque, conocía a Joshua, sabía que él no era malo, pero saber lo que era le hacía cuestionar muchas cosas.

—¿Estás bien? —Le preguntó Joshua en la tarde cuando bajó el flujo de clientes—. Parece nervioso.

—¿Yo? —Inconscientemente saltaba cuando se topaba con Joshua, no podía evitarlo, aunque se repetía que Joshua era bueno y que no haría nada.

—Andas raro.

—No eres el primero que me lo dice.

—Entonces debe ser verdad —Joshua se cruzó de brazos.

—En serio que no pasó nada.

—Sí lo dices —Se notaba que Joshua no le creía—. ¿Cómo les fue en la fiesta?

—Bien —Vernon agradeció el cambio de tema—. Lo pasamos bien.

—¿Cómo están tus amigos?

—Todos ocupados, pero bien —No pudo evitar acordarse del hecho que estuvo durmiendo junto a Boo, quien lo estuvo observando mientras dormía.

—¿Invitaste a tu nuevo amigo? —Vernon levantó una ceja—. Chan me lo dijo.

—Sí, creí que sería bueno para que conociera personas de la facultad.

—¿Y tú? ¿Cómo te llevas con él? —¿En qué momento había pasado a un interrogatorio? Justo por el área que no quería tocar.

—Bien.

Entró clientela al local y Vernon lo agradeció, se fue a caja, sintiendo la mirada de Joshua en la espalda, sintió un escalofrío.

—Hoy Joshua me preguntó por ti —Le dijo Vernon a Boo, ambos estaban apoyados en el mesón, había más gente, así que hablaban bajo.

—¿Qué le dijiste? —Seungkwan sonaba alarmado.

—Que nos llevamos bien —Así era.

—¿Solo eso? —Boo parecía ¿Decepcionado?

¿Qué más podía decir?

—¿Crees que sospeché algo? —Boo se agachó para quedar más cerca de Vernon, susurrando.

—Lo dudo —Miró el techo, recordando que había cámaras, nunca pensaba en ellas, ahora sentía un peso—. No hablamos nada aquí.

—Bien —Boo se enderezó—. Mientras voy a estudiar.

—¿Te puedo preguntar algo?

Ambos ya iban camino al metro.

—Claro —dijo Seungkwan acercándose.

—¿En verdad trabajas de día?

—No —Boo suspiró—. Estoy encerrado en casa, aburriéndome.

—Al menos tienes tiempo para estudiar y avanzar con tus estudios —Vernon sintió como si se le hubiese prendido un foco en la cabeza—. Tienes tiempo de sobra —Como además no dormía—. ¿Por qué vienes a estudiar a la cafetería?

Boo se quedó mirándolo, como si la respuesta fuera obvia.

—Vengo a verte a ti, por supuesto.

Vernon se detuvo de golpe.

—¿Cómo? —Seungkwan enarcó una ceja.

—Espero que terminen las clases y voy a la cafetería —dijo en tono sarcástico—. Así.

Hansol reanudó la marcha, sin saber que responder, no estaba sabía qué decir, ni qué sentía, era una mezcla borrosa en su interior.