12. No estoy diciendo que no me guste.

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—Mañana luego de clases vendré a la cafetería para irme contigo —dijo Dino, estaba emocionado por la fiesta—. ¿Tengo que llevar algo?

—Lo que puedas.


Hoshi se alegró cuando anoche Vernon le dijo que Dino había dicho que sí.

—Es divertido —Había dicho Hoshi—. Entre más gente, mejor.

Vernon no estaba seguro de eso, pero al menos no estaría tan solo.

—Además, invité a un amigo.

—¿Un amigo? —Hoshi estaba claramente sorprendido.

—Está estudiando con Dino —respondió Vernon, Hoshi asintió sin decir más, pero no dejó de sonreír.

Así que mañana sería la fiesta. Vernon tenía ganas de deambular hasta que se acabara todo, pero ya se había comprometido y que Boo fuera, lo incentivaba a ir.


—¿Estás seguro que puedo ir? —Preguntó Boo, había llegado hace una media hora, estaba sentado estudiando o ese había sido el plan inicial, pero estaba hablando con Vernon.

—Mientas más gente, mejor —repitió Vernon—. Eso dijo Hoshi.

—Ah —Boo frunció el ceño.

—¿Te estás arrepintiendo?

—No, no —Suspiró—. Es que en verdad me da un poco de miedo, estar en un lugar con tanta gente que no conozco —Eso Vernon lo entendía.

—Todos son buenas personas.

—Pero no los conozco —recalcó Seungkwan.

—Seguro que a todos los has visto en la facultad —Trató de calmarlo Vernon—. Y por ultimo, si te incómoda mucho, nos vamos.

—Pero es en tu apartamento ¿No?

—Detalles —dijo Vernon como si fuera algo sin importancia, Boo rio.

—Lo tendré en consideración —Seungkwan le dedicó una suave sonrisa—. Gracias.

—Yo te estoy invitando, lo mínimo que puedo ofrécete es una vía de escape en caso de emergencias.

La fiesta ya era un tema zancado, mientras, Boo intentó volver a sus estudios, pero apenas hojeó uno de sus libros unos segundos y volvió a mirar a Vernon.

—Vives en la ciudad con un amigo ¿No? —Vernon asintió.

—Hoshi —respondió— Nos conocimos cuando llegué a la ciudad porque estaba buscando un compañero de piso, ya que el anterior había salido corriendo o algo así.

—¿Eso no fue una mala señal?

—Ahora que lo pienso, sí —Rio Vernon—. Pero es solo porque es algo, muy, inquieto, es como un niño que está con azúcar en el cuerpo todo el día.

—¿Tanto así? Creo que sé a quien te refieres, he visto a alguien así por la facultad, es muy popular —agregó Boo pensativo.

—Eso le encanta a él, le gusta la atención —A veces en exceso.

—¿No tiene nada más malo?

—Es un poco desordenado —Vernon recordó que mañana tendría que dejar ordenado—. Pero la verdad que en eso somos parecidos, así que no me molesta.

—¿Y tus padres? Si se puede pregunta, claro.

—Mi padre vive cerca, pero no en la ciudad en sí —respondió Vernon—. Mi madre vive con mi hermana en Estados Unidos.

—¿Tan lejos?

—Sí, pero es por algo bueno, aunque las extraño mucho —Trataba de no pensarlo de esa forma, pero era verdad, las extrañaba demasiado, a veces, una llamada o un mensaje no era suficiente.

—Me imagino —Boo bajó la vista—. No llevo ni dos semanas y extraño a mi madre.

—¿Acá vives solo?

—No, me vine a vivir con mi hermana que vive acá —El rostro de Kwan se suavizó un poco—. Pero extraño a mi madre.

—Me imagino que ella también te extraña.

—Ella no quería que viniera —Suspiró—. Pero tanto que insistí —Volvió a suspirar—. Además, ya estoy mayor para decidir y por mucho que la extrañe, me sentía tan encerrado en ese pueblo, que tenía que hacer algo para salir de ahí y como mi hermana estaba acá, decidí venir a estudiar.

—¿Qué es lo que más extrañas de tu madre?

—La comida —dijo Boo sin dudar—. Cocina tan bien.

—Entonces sí comes.

—¿A qué te refieres? —preguntó Boo.

—Te he ofrecido varias veces algo para comer, pero no quieres —Vernon apuntó al mostrador.

—Ya te dije, no me gustan las cosas dulces —Boo hizo una mueca.

—Pero —Vernon se puso de pie y fue a buscar algo. Volvió con un scone de queso en un platillo—. Te va a gustar.

Puso el platillo sobre el libro que Kwan tenía en frente, Boo lo miró con el ceño fruncido.

—Solo prueba —Lo incitó Vernon.

Boo puso los ojos en blanco y probó el scone, torció el gesto.

—Que —Boo se detuvo un segundo—. Peculiar.

—No te gustó.

—No estoy diciendo que no me guste.

—Está escrito en tu cara —Vernon lo apuntó, tomó el platillo y comenzó a comerse el scone, Boo se quedó mirándolo—. ¿Qué? No voy a dejar que se pierda.

—Eres un amante de la comida.

—Algo así —Ya había terminado de comer—. No me gusta que se pierda la comida, siento que eso es un crimen.

Boo asintió.

—Tal vez deberías probar el pan de tomate —dijo pensativo Vernon.

—Si me ofreces, te lo tiro por la cabeza —respondió Seungkwan—. Nada de tomate.

—Okay, volvemos solo al café entonces.

—Gracias —Boo miró la hora —. Creo que ya es hora de cerrar ¿No?

Vernon miró su celular y se levantó de un salto, ya era pasado la hora.

Ordenó rápidamente, y aunque se negó al principio, Boo lo ayudó.

—Nos vemos mañana entonces —dijo Seungkwan cuando llegaron a la entrada del metro.

—Sí —respondió Vernon, recordando la fiesta y todo lo que significaba.

—Perfecto —Boo sonrió—. Así de paso me muestras tu habitación.

Vernon no supo qué responder, se quedó ahí mirando como Seungkwan desaparecía por las escaleras ¿A qué se refería exactamente?

Bitter & Sweet (Verkwan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora