Todo lo que hago es por ti y solamente para ti. No importa mi felicidad ni mi bienestar mientras tu estés bien, si tengo que pertenecer a esta red de mentiras para mantener tu sonrisa, lo hare. Mi linda y pequeña Anya, mi deber es protegerte y brind...
primero que todo le vengo a aclara que esta historia no será 100% apegada a la historia original, les cambie unas cuantas cosas para poder hacer que su personaje quedara mas natural con la historia.
segundo las palabras que se encuentran dentro de los paréntesis son pensamientos, de nuestra protagonista nomas ya que, es la que esta narrando la historia.
tercero, las palabras que estén en cursiva son susurros.
ya con esto aclarado espero que disfruten esta historia.
🅰🅳🆅🅴🆁🅴🆃🅽🅲🅸🅰
Estahistoria trata temas muy sensibles además como:
-depresión.
-tendencias suicidas.
Este texto contiene lenguaje sensible u explícito para el usuario.
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He estado castiga por una semana completa, desde que me descubrieron, pero lo bueno es que no saben que me escabullí por la venta y piensan que salí por la puerta principal. Lo malo es que saben que no estaba sola y que había salido con otra persona, aunque no sepan quien es, lo que significa que ahora está buscando a mi acompañante, ósea Demetrius. Lo bueno es que fui muy meticulosa con ese asunto y el hecho de no haberle contado a nadie sobre mi salida secreta, hace más difícil el hecho de que encuentre a Demetrius. Lo malo es que mi castigo es indefinido hasta nuevo aviso, además de restringirme hacer mis "tutorías" si es que se le puede decir así, tengo que irme derechito a casa junto con Anya.
– ¿entonces cuando vamos a salir? – pregunto la pelinegra con unos ojitos de cachorros.
–lo siento, pero sigo castigada – respondí algo apenada.
– ¿todavía? – hizo una mueca de disgusto. Solo me limite asentir – ¿Qué hiciste como para que te mantengan castigada? – levanto una ceja confundida.
–lo siento, pero no lo puedo decir – hice un signo de silencio.
–¡agh! Que cruel eres ____, se supones que somos mejores amigas y las mejores amigas se cuentan todo – hizo un pequeño puchero que la hacía ver infantil. No puede evitar soltar una leve carcajada – no te rías... –giro la cabeza mientras fruncia el ceño.
–a mi igual me gustaría saber el por qué – dijo el castaño.
–aunque me gustaría decirles, no puedo – reí de manera al notar que me miraban de manera atenta.
