Todo lo que hago es por ti y solamente para ti. No importa mi felicidad ni mi bienestar mientras tu estés bien, si tengo que pertenecer a esta red de mentiras para mantener tu sonrisa, lo hare. Mi linda y pequeña Anya, mi deber es protegerte y brind...
primero que todo le vengo a aclara que esta historia no será 100% apegada a la historia original, les cambie unas cuantas cosas para poder hacer que su personaje quedara mas natural con la historia.
segundo las palabras que se encuentran dentro de los paréntesis son pensamientos, de nuestra protagonista nomas ya que, es la que esta narrando la historia.
tercero, las palabras que estén en cursiva son susurros.
ya con esto aclarado espero que disfruten esta historia.
🅰🅳🆅🅴🆁🅴🆃🅽🅲🅸🅰
Estahistoria trata temas muy sensibles además como:
-depresión.
-tendencias suicidas.
Este texto contiene lenguaje sensible u explícito para el usuario.
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-bien jóvenes quiero que escriban esta fórmula y el ejercicio que le...-el sonido de la campana sonando lo interrumpió- ya se pueden retirar- tomo sus cosas y se fue.
-soy yo o ese profesor no le gusta hacer clases- dijo la pelinegra.
-no, solamente no soporta tu presencia-soltó con gracia el castaño.
-eres un...-una vena salía de su frente.
-mejor vamos a comer- interferí en su pelea.
Los tomé de los brazos, para que empezáramos a caminar hacia el comedor, los solté a mitad de camino.
-iré a reservar asiento. Ustedes vayan a comprar- los mire.
- ¿quieres que te compre algo? - me pregunto la pelinegra.
-amm...creo que un rollo de canela estaría bien- le conteste.
Asintió y se fue con Cristopher a hacer la fila, aunque este antes de irse me paso su libro. Mientras tanto yo me fui a buscar una mesa para que pudiéramos comer con tranquilidad. Camine hacia una que estaba a unos cuantos metros de distancia de mí.
Me acomodé en la silla, empecé a leer el libro que Cristopher me había pasado anteriormente. Trataba de un asesino en serie y su fascinación por las mujeres jóvenes que tenían el cabello largo y rizado.
- ¡oye segunda! - se escuchó- no me ignores- me quitaron el libro de mis manos.
- ¿ha? - mire a Demetrius el cual se encontraba al frente mío- oh. Hola señorito- le sonreí.
- ¡no me digas señorito! - me reclama todo rojo- solo dime Demetrius- ladee la cabeza un poco confundida por la repentina confianza.
-claro...-desvié la mirada incomoda- ¿necesitas algo? - le volví a sonreír.
