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Comieron y bebieron bien acompañados. Mas allá de una charla trivial por la comida, y mas allá de unos pocos cientos de comentarios como «si le faltaba salsa», no se menciono nada interesante. No fue hasta la hora de pagar que Roier noto algo que le llamo la atención. Dentro del ticket de la cuenta había un pequeño apartado, la propina significaba un 15% de la cuenta, pero, mirando la cantidad de dinero sobre la mesa, noto que su novio había puesto unos cuantos billetes de mas. Siendo, el total, mas elevado al que debería.
—Oye, Spreen, osito. Yo no me sabre sobre la inflación que manejan aquí, pero tu no sabes contar. -Spreen solo hizo una mueca de confusión. Roier señalo la cuenta.- el total, son 358, eh...pesos?
—Karcoins. -corrigió.
—Si, son 358₭arcoins, mas propinas, pero tu estas dejando casi 500₭arcoins, no se cuanto sera en Cuaks, o pesos, pero creo que es mas de lo que debería.
Roier no quería pensar que su novio era tan despistado, y menos con el tema del dinero, pero a la vez no quería verse grosero o tacaño por no querer dejar tal cantidad.
Spreen lo entendió con solo mirarlo, y, dando los últimos sorbos para terminar su té, le explico.
—En Cuaks si son como 880¢uaks, en pesos mexicanos son...-hizo cuentas con las manos- putas matemáticas -maldijo- son como 730$, ya en pesos argentos si son como 14mil lucas.Pero, mira, aquí las propinas no van al cien porciento para los que trabajan, y mas en estos eventos. Son caridad. Por lo que esto -señalo la plata- va para comedores.
—¿Deveritas?
—Posta. Estas fiestas son patronales, Ro. -hizo un paréntesis- Buscan caridad anualmente, por eso me gustan, y últimamente ha habido escases, así que, ¿porque no aportar? aunque sea un poquito. -le sonrió, y Roier se enamoro.
—Entonces, lo que sobra...?
—Lo que sobra es para fondos, comida, y demás. Aunque, si, la guita pasa por otras manos antes que a caridad, pero al menos una buena parte si es para ellos. Y, bueno, no se, me pone feliz ayudar un toque.
A Roier le conmovió, le fascinaba ese lado tan proactivo de Spreen, mas que activista era empático, el sabia que lucharía por los mas débiles solo para recibir una sonrisa, pues, en su vil excusa de humildad, decía que se auto ayudaba con la paz ajena.
Era un poco triste. Desde que el le ayudo a Roier a poner su restaurante, todos lo tachaban de lame medias, pues el financio todo, y a Roier bien lo llamaron interesado. Ambos lo ignoraban. Pero, solo aveces, a Roier le gustaría que supieran cuanta comida han llevado a las aldeas, claro que si lo hiciera perdería esa magia y amor del corazón, pero si que le era jodido que lo llamasen insensible.
