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"Sufrir por ti o morir por mi, esa es la cuestión"

"Sufrir por ti o morir por mi, esa es la cuestión"

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Roier estaba perdido.

Reiteremos el viaje.
Tras enterarse que el ex prometido de su novio estaba atrapado en un limbo inter-espiritual con su propia dimensión, y a su vez con diversas dimensiones, fue secuestrado por un imitador desconocido que lo uso como carnada, y le unto sangre en el pecho. Y a pesar de sus esfuerzos por escapar termino dentro de una burbuja que desafía la física y el espacio tiempo, en la cual su cuerpo se fragmento y re armo, lo que provoco que pudiera teletransportarse junto con aquel desconocido macumbero.

Otro jueves en su vida.

Tenia miedo. Fue testigo de como fue arrebatado de Spreen a pesar de todo, y tras desaparecer en aquella burbuja turquesa junto con Drako presencio como desaparecía su entorno en cámara lenta y poco a poco se hacia tenue su vista. Se sentía mareado y con nauseas. De pronto se olvido de su furia, pues el escalofrío recorrió su cuerpo con gran velocidad, como si enfermara repentinamente, sintiendo como si su interior se comprimiera sobre si. Perdió fuerzas, el ambiente lo descolocaba y paralizaba sobre si.

Se sentía mal físicamente, Drako se dio cuenta por sus expresiones, y aprovechándose de su debilidad lo sujeto de la parte trasera del cuello su camisa empujándolo hacia abajo para dificultarle el equilibrio.

—A largas distancias sentirás como tu cuerpo se quiebra; como si se fragmentara y reconstruyera tu alma. A si se siente viajar entre distancias. -Aclaro de forma condescendiente, mientras que lo acercaba mas a el. —Tu novio provoco todo esto, y tu pagaras por el.

Drako lo soltó y Roier casi cae sobre si. El cansancio lo invadía y la inercia lo jalaba. Quería vomitar o desmayarse, pero pronto ese sentimiento ceso, Drako lo noqueo.

Despertó tiempo después, sin saber como seguía vivo, y preguntándose donde estaba, pues había algo que le impedía saberlo con exactitud. Sentía como una fina tela rodeaba su cabeza y cegaba sus ojos. Era tela negra, lo suficientemente obscura como para desorientarlo, pero muy liguera como para no dejarlo distinguir formas.

Intento sacársela, pero algo impedía que usara sus manos. Estaba de pie, recargado en lo que el interpreto como una pared de concreto, con las manos atrapadas y separadas entre si. Sus muñecas dolían, había algo que las aprisionaba que era solido y lo cual parecía estar conectado a unas cadenas. Sus brazos yacían extendidos hacia los lados, estaba semi crucificado aunque sus piernas estaban libres.

Roier dio unos pasos hacia los lados y delante, y aseguro que el largo de las cadenas era poco, pues no podía dar ni dos pasos sin ser jalado. Y arriesgándose a ser escuchado dio un pisotón fuerte contra el suelo, para escuchar el eco; era un lugar pequeño, lo podía sentir.

Primero busco concentrarse en el ambiente, sin embargo tras dar aquel fuerte pisotón sintió un gran dolor en su pecho por la fuerza aplicada, dolor el cual había ignorado hasta ese momento. El dolor era agudo, tanto que se doblego sobre si un poco -lo máximo que le permitían las cadenas-. Ahí lo sintió, no traía camisa alguna. Yacía solo con su pantalón para dormir, uno deportivo. El dolor persistió, pero el no veía nada.

parents; sproierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora