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Los minutos se llevaron el estrés consigo, ya mas espabilados, se dedicaron a contemplar el paisaje, en un acuerdo silencioso de caricias mutuas. Los ventanales empañados fueron remplazados con gotas de lluvia, la tormenta llego y ellos ni siquiera sabían que venia.
-¿Traemos paraguas?
-No. ¿queres que le pida a Auron que compre un par?
-Nah, así.
-¿Seguro? se que ese suéter se lava a mano, la tela es delicada. -hizo algunos ademanes tomando el suéter de Roier entre sus manos, era de sus favoritos.
-La ropa que me importa va en la maleta. -se recargo en el.
-¿y que ropa es?-sonrío, esperaba esa pregunta.
-La que usare cuando conozca a tus padres, -beso la comisura de sus labios- y la que usare el día de nuestra boda.
¿el tren freno o solo el mundo de Spreen? fue repentino, y ese sentir tan caótico y romántico lo invadió, y es que ¿acaso el suéter de Roier y Spreen competían por ver quien asemejaba mas al color carmesí? porque Spreen iba ganando. Como bien dicen, estaba colorado.
-Ouh, ¿posta?
-Sip.-dijo y se burlo, le gustaba ver a su novio sonrojado.-no te nervioses, amor.
y como bien dicen, "quien juega con fuego, se quema por pendejo."
-¿Y que debo usar yo cuando conozca a tus padres? ¿lo que me pongo antes de romperte el orto, Ro?
¡Y Roier se lleva el premio a "el rojo mas vivido registrado en su rostro"!
porque, mas allá de la respuesta, Spreen casi que se lo insinuó al oído, solo para darle esa seducción que tanto lo atrapaba, y como toque suyo, finalizo con una burla tan despreocupada como si no acabara de decir nada.
"tienta al diablo y te pintaras de rojo"
Pues ahora ambos lo estaban.
-Oso mañoso.-regreso la vista a la ventana, Spreen 1 - Roier 0.
Bajaron del tren y bajaron las maletas, Spreen llamo un auto de servicio para que pudieran llevar las maletas al hotel, y Auron y los demás se fueron. A Roier le dolían las piernas, se acostumbro a las actividades diarias que si pasaba mas de treinta minutos sentado se le dormían los pies, aun así fueron apenas unos 45minutos de viaje y ya necesitaba estirarse, salieron de donde estaban confinados a la salida del subte, y ya afuera buscaron alguna parada para un taxi o Uber.
Roier iba embobado con el cielo, casi no le gustaban los climas fríos, el era mas de sol, calor y agua con hielos, su novio era de cafés y cobertores, tal para cual. Mas Spreen no prestaba atención al clima, buscaba en la aplicación de Uber algún conductor disponible, pero todos indicaban una espera de al menos media hora.
-Oye, ¿quieres que consigamos trasporte o...?
-La verdad me gustaría caminar, me duelen las piernas de no hacer nada, igual aun es temprano.
-Yyy, ni tanto, son las 7pm
-¡¿COMO? ¿y ese salto de tiempo, cabrón? ¿no que a la 1:30 llegábamos?
-Si, Ro, pero eso a horario de la isla, aquí nos llevan seis horas de diferencia.
-No mames, ¿a donde me trajiste?
Spreen rio, le gustaba mantener las sorpresas con su novio, siendo que no lo dejo ver ni los boletos o pasaportes que presentaron para entrar.
-Tómalo como extra de nuestro regalo de aniversario.
Le sujeto de la mano y lo llevo hasta un enorme letrero con el nombre del pueblo.
-Ro, bienvenido a Karmaland.
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595 palabras...
Poquito, lo se. Piedad y clemencia les pido, que también estoy haciendo el
Inktoier, así que eso significa capítulos cortos. ╯︿╰
